El Govern de la Generalitat es neointervencionista, por lo que necesita un sistema impositivo potente a la vez que una cierta imagen paternalista en su territorio. Algo que no podría conseguir si otras CCAA deciden bajar impuestos. Es por ello que consiguió que el nuevo acuerdo de financiación autonómica dificultase esta práctiva.
Ahora que ya se conoce el Proyecto de Ley comienzan a aparecer de forma más nítida estos términos.
Es curioso que la Generalitat argumente que esta carrera provoca "dumping fiscal" entre regiones y que atacaban al esquema de solidaridad nacional. De fondo se encuentra la certeza de que un buen número de contribuyentes se han desplazado de las comunidades más caras fiscalmente para cobijarse en territorios con menores impuestos.
Así, hasta ahora, tan sólo era necesario permanecer un año en un territorio para tributar en él por estos impuestos. A partir de ahora, esta exigencia pasará a cinco.
Visto lo visto resulta curioso que uno de los argumentos para modificar el modelo de la financiación era ganar en autonomía fiscal. Parece que esa autonomía, gracias al tripartito catalán, es sólo hacia arriba.
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