sábado, 21 de junio de 2014

The Rat Pack

Ajustes que han conducido a una quiebra social. A veces el fin del mundo llega.


  1. Los sufrimientos de la Primera Guerra Mundial explican, aunque sea parcialmente, el bolchevismo en Rusia.
  2. La disolución de los imperios de Europa Central dejó paso a numerosos intentos revolucionarios de izquierdas como el de Béla Kun en Hungría o el de los espartaquistas en Alemania.
  3. Mussolini alcanzó el poder en 1922 apoyándose en el desorden de la contienda europea.
  4. Lo mismo ocurrió con Hitler.
  5. Y lo mismo ocurrió en Austria cuando los nazis locales asesinaron al Canciller Dolfuss.
  6. Poco tiempo después Perón construyó el régimen Justicialista en Argentína. Todavía no se había recuperado de la crisis de 1929.
  7. Mao Zhe Dong no habría vencido al Kuon Ming Tang sino hubiese sido por la recesión inflacionista y la corrupción burocrática de Chang Khai Sheck.

lunes, 16 de junio de 2014

El enemigo de la fluidez es el orden

Un poco de caos no sólo es bueno, sino fundamental. Los economistas William Baumol, Robert Litan y Carl Schramn argumentan que el medio ideal se puede describir, utilizando el concepto de "ciencia de la complejidad", llamado "al borde del caos". Defienden ese orden como el estuario en el que se encuentran el orden estricto y el caos aleatorio para crear grandes niveles de adaptación, complejidad y creatividad.

Pippi Calzaslargas y el tipo marginal del IRPF



Astrid Lindgren es conocida por ser la autora sueca de una serie de cuentos infantiles que se llevaron a la televisión en los últimos años de la década de los sesenta y principios de los setenta del siglo XX.

En los cuales se narraban una serie de historias de una niña -Pippi- cuya principal característica era el desafío permanente a la autoridad de los adultos.

Lo que es menos conocido es que esos relatos televisados llevaron a la autora a tener que pagar un tipo marginal del IRPF del 102% en el año 1976. Pues hacía 44 años que en su país gobernaban los socialdemócratas con una política consistente en impuestos muy altos. La propia Astrid pertenecía a ese partido, con el cual llegó a ser diputada.

Pero pagar un 101% de su renta de ese año fue demasiado para ella. Lo cual no es extraño, ya que eso significa que tuvo que pagar en impuestos más de lo que ingresó por su trabajo.

Así que el 3 de marzo de 1976 publicó un artículo de prensa de Estocolmo titulado Pomperipossa en Monismania denunciando lo confiscatorio del sistema fiscal socialdemócrata sueco.

Ese artículo abrió un fuerte debate sobre la fiscalidad que condujo a la primera derrota electoral a quienes llevaban más de cuatro décadas haciendo crecer el tamaño del Estado. Aunque la polémica y longeva autora continuó apoyando a su partido.

Desde entonces cuando las tasas marginales del impuesto sobre la renta superan el 100%, se dice que padecen Efecto Pomperipossa.















Podemos leer una traducción al castellano del cuento de Lindgren en la ilustracionliberal.com.

sábado, 14 de junio de 2014

La elaboración de un presupuesto público

La elaboración de un presupuesto del sector público comienza cuando el Ministro de Hacienda o equivalente pide una relación de gastos a los distintos negociados.

Los gastos con una buena imagen, como los sociales o algunas inversiones públicas muy visibles se sobrevaloran por sus responsables deliberadamente. A fin de cuentas el Presidente y el Ministro son políticos y su auténtica vocación es mejorar el mundo sobre el que tienen capacidad de influencia.

Se reducen el mínimo posible, sin embargo, los gastos con connotaciones menos populares, como por ejemplo el ejercito, o inversiones públicas menos visibles.

Finamente, también se presentan bajo una luz más favorable los gastos inevitables, como los pagos a entes administrativos menores, salarios públicos, etc. Estos últimos constituyen el grueso del documento presupuestario.

De esta forma se intenta casar la "necesidad" con la "virtud". Pues, un presupuesto no deja de ser la manifestación de un deseo, aunque una parte importante del mismo no pueda ajustarse a la realidad.

viernes, 13 de junio de 2014

Las cuatro formas de gastar dinero de Milton Friedman


  1. Una persona gasta dinero para sí misma. En estos casos se actúa con especial prudencia; uno se pregunta si realmente necesita esta corbata nueva o si puede arreglase con las que ya tiene.
  2. Una persona gasta su dinero para los demás. Entonces actúa con mayor generosidad. Los regalos en las bodas de los amigos tienen que estar a la altura.
  3. Una persona da dinero a otra con la finalidad que lo gaste en ella misma. Entonces se desmoronan casi todas las barreras. Sólo se piensa en hacer gasto.  ¡Esta botella la paga la empresa! ¡Camarero, apúntala a la cuenta de gastos, por favor!
  4. Una persona da dinero a otras con el objeto que lo gasten en terceras personas. Entonces la cosa ya no tiene freno.

martes, 10 de junio de 2014

Criterios de Maastricht de 1992

Los criterios de convergencia del Tratado de Maastricht de 1992. Ninguno de ellos tiene una base científica que lo justifique. Que el déficit público no deba superar el 3% del PIB fue un invento francés, aplicado allí desde 1982, ideado por el Departamento del Presupuesto para contener las políticas expansionistas del primer mandato de Mitterrand, y fue ese el límite elegido porque coincidía exactamente con el déficit de ese año. Antes de Maastricht, lo normal era cuantificar el déficit público en relación a los propios ingresos también del Sector Público, porque una deuda sólo es grande o pequeña si es posible pagarla o no, y esto depende de los ingresos. El otro dogma, que la deuda acumulada no debía superar el 60% del PIB, surgió como un simple dato estadístico, pues era el valor medio de los 12 países que entonces formaban parte de la CEE.

En realidad, los criterios de convergencia impuestos en Maastricht no tenían una justificación científica, sino disciplinaria. Simplemente, el BCE/Bundesbank no estaba dispuesto a hacerse cargo de los compromisos de gasto público de los países miembros (artículo 103) por lo que era necesario contenerlo.


utopiadejuancarmona.blogspot.com

viernes, 6 de junio de 2014

La complejidad social y el mercado

Se ha dicho hasta la saciedad, y es verdad, que en el mundo actual hemos tejido redes que lo interconectan todo, la quiebra de un banco en Nueva York tiene consecuencias en Mallorca, y el una primavera más cálida en el sureste de la India afecta al precio de algunos de los productos esenciales de Buenos Aires.

Por ello, la división del trabajo alcanza grados extremos, hasta el punto que se puede repetir la afirmación televisiva de Milton Friedman, "Nadie sabe fabricar un simple lápiz". Ciertamente, nuestra sociedad es infinitamente más sofisticada que la suma de sus miles de millones de partes. Y, además, esa complejidad no para de aumentar.

Los problemas fruto de esa complejidad son impredecibles e inciertos, nunca como ahora, se da la "teoría de las consecuencias no intencionadas". Por lo que la estrategia del ensayo y error inteligente típica del mercado es un buen método para continuar progresando adecuadamente, algo que no puede darse en las economías planificadas.

Ciertamente, la mayoría de las empresas fracasan, pero las que tienen éxito generan un beneficio que compensa sus fracasos.

Así, que en la modernidad, cuanto más "mercado" tengamos, y cuanta menos "economía planificada" padezcamos, mejor nos irán las cosas.

Es la complejidad la que nos decanta por una reducción del sector público, y por una ampliación del sector privado.

martes, 3 de junio de 2014

Reflexiones sobre el relevo en la Monarquía Española.

1.- Estamos atravesando una crisis institucional importante.

  • La Monarquía ha perdido el prestigio e imagen que solía por los errores cometidos y por, lo que es peor, los escándalos de corrupción de la periferia de la familia. Lo que enturbia la buena labor del monarca, el único en la historia que devuelve la soberanía al pueblo que permanecía secuestrada desde 1939.
  • Tenemos una "Oposición" hundida, sin líder, y lo que es peor, sin discurso, incapaz de encontrar el camino de su acción política. Y con muchas tentaciones de lo que podríamos resumir como..."tirarse al monte".
  • Tenemos un Gobierno apoyado por un partido que también pierde apoyo electoral, como en el caso de la propia Monarquía por errores de gestión y, también, por la corrupción que anida en su seno. Pero, a pesar de todo, es la pieza más fuerte del entramando institucional, al contar, todavía, con una amplia mayoría parlamentaría que lo legitima. Quizás por eso Rajoy fue el encargado de realizar el anuncio de la abdicación real.
  • La justicia tampoco pasa por su mejor momento. Hay jueces estrella y jueces estrellados, lo que resulta difícil de entender por la ciudadanía, a lo que hay que sumar la permanente sospecha de politización y doble rasero.
  • Se está produciendo una auge de partidos radicalizados, añorantes de otras épocas y conductas poco democráticas.
  • La propia Unión Europea, que durante tantos años fue la estrella que guiaba nuestra política; ahora está hecha un lío. Y es puesta en cuestión por muchos.
  • Los representantes institucionales catalanes aseguran que la Comunidad no quiere continuar siendo España. Y lo realmente problemático es que esas instituciones están dispuestas a saltarse la ley y los principios democráticos más fundamentales.
2.- Todo esto unido la larga y agotadora crisis económica que lógicamente, genera un profundo malestar en buena parte de la población.

Una crisis cuya secuela más importante es el desempleo que excluye a muchos de la plena participación social.

Una crisis que requiere de más unidad que nunca para poder alcanzar su satisfactoria resolución.

Así que en conclusión, el momento es muy complicado. Es quizás el momento en el que los astros se han alineado de una forma más compleja.

A partir de aquí, como decíamos, tenemos un Gobierno que conserva la legitimidad que le otorga la segunda mayor mayoría absoluta de la historia; aunque a medio plazo ésta esté cuestionada, tal como han demostrado en las urnas las últimas elecciones al Parlamento Europeo.

Por tanto, hay que aprovechar el momento en el que el Gobierno conserva legitimidad, mientras que la oposición tiene un líder (Alfredo Pérez Rubalcaba) con la suficiente trayectoria como para avalar el cambio.

Por todo eso el momento, aunque no sea bueno resulta oportuno. Abre una puerta a hacer las cosas de otra forma.

El nuevo Rey lo tiene difícil, así que dependiendo de las decisiones y las actitudes que tome durante los primeros meses dependerá, en buena medida, el recuperar el prestigio de las instituciones.

Habrá que estar muy atento a lo que ocurrirá en sus primeros pasos como Rey. Todos lo vamos a someter a una escrupulosa y exigente observación.

El panorama no es alentador, pero sea como sea, nos tiene que salir bien a todos.

lunes, 2 de junio de 2014

El Rey Juan Carlos ha abdicado


Ayer escribí esto. Hoy gana actualidad

Razones y emociones para la libertad.

Durante estos difíciles años hemos podido volver a comprobar, una vez más, como hasta los más marginales incrementos de libertad económica generan impulsos hacia la prosperidad, a la vez que la tiranía del statu quo nos impide avanzar. Lo cual nos debería guiar en el todavía largo camino que todavía por recorrer.

Y a pesar de la evidencia, quizás por el cansancio de la dura crisis que se ha prolongado al no avanzar de forma más decidida en la dirección correcta, las ofertas de soluciones mágicas aparecen una y otra vez. Suelen ser las mismas de siempre, planes de crecimiento, devaluar, inflación, más control, menos libertad, no pagar las deudas  o que paguen los de Merkel, y, en un alarde de imaginación que paguen los ricos. No importa que la historia nos muestre que cada vez que nuestro país opta por la liberalización y la reducción del gasto público, la economía avanza y se incrementa el bienestar.

Para algunos magos el que las políticas de estímulo y similares no funcionasen cuando se implementaron no importa, incluso pueden afirmar que no fueron suficientes. Otros van más lejos y muestran una clara añoranza por la dictadura del proletariado.

Bajo la excusa social, nos venden las políticas que han resultado más antisociales. Demonizando a los que no han creado ningún problema, y en especial a aquellos de los que estamos más necesitados: los ahorradores, sean grandes, pequeños o medianos, y de los empresarios schupeterianos que arriesgan e innovan. Es la superioridad moral de la cigarra frente a la hormiga.

Siempre proponen lo mismo, más poder en manos de gobiernos y élites extractivas, y menos en manos de la gente. Lo que contribuye a convertir el sano capitalismo basado en la competencia empresarial en capitalismo de amigos. Se genera así un clima social que impide el avance de las necesarias reformas, y mantiene en la desesperanza y el temor a aquellos a los que se induce a creer que sólo pueden esperar que sean otros quienes solucionen sus problemas, sin que puedan hacer nada por sí mismos. Azuzan el miedo de la gente con el ánimo paralizarla y controlarla.

A pesar de que las soluciones nunca provienen de placebos elaborados por herederos de Merlín, este clima alentado por socialistas de todos los partidos, requiere de un rearme intelectual, y sobre todo sentimental, de los defensores de la libertad individual y la propia responsabilidad.

El mayor reto ya no lo tenemos en el campo de las teorías, en donde la batalla se decanta a nuestro favor, sino en el de los sentimientos. Pues no se pueden combatir las emociones con razones. Es el momento de proclamar con fuerza nuestra pasión por no estar sometidos al dictado de colectividades guiadas por salvadores, y la emoción de ser libres para poder administrar nuestro presente y nuestro futuro sin miedo.