José Luis Rodríguez Zapatero ha convertido la presión fiscal en objetivo de su política económica, usando a menudo este término como sinónimo de subida o bajada de impuestos. La evolución de este indicador muestra claramente, sin embargo, que se pueden bajar los impuestos a los ciudadanos y a la vez aumentar la presión fiscal global del país y, por el contrario, no tocarlos y hasta subirlos y recaudar menos. Y es que la presión fiscal, que mide el peso sobre el PIB de la recaudación tributaria, no solo depende de si se suben o se bajan los impuestos, sino también del nivel de actividad y del fraude fiscal.
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