martes, 30 de marzo de 2021

Explicitar pagos a los medios de comunicación.

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Explicitar pagos a los medios de comunicación.

Sería muy interesante que en los presupuestos de las distintas administraciones se incluyese un apartado en donde se explicitan, con claridad suficiente, los pagos que realizan a los diferentes medios de comunicación.

Pues parece que hubo un tiempo en que se les llamaba “el cuarto poder”, tanto por su capacidad de controlar a los poderosos, y en especial a los gobiernos, como para conformar y formar a la opinión pública siguiendo criterios propios. Una portada, o un editorial podía tener más influencia que muchos grupos parlamentarios.

Es por esto que los gobiernos, desde siempre, los han tenido en su punto de mira, llegando a apropiarse literalmente de los audiovisuales con mayor capacidad de impacto. Sencillamente, una cuestión de poder. Pues no solo acapararon todo el espacio radioeléctrico obligando a cumplir determinados requisitos para obtener licencias, sino que, además, constituyeron cadenas de radio y televisión con una potencia tal que sólo posible con los abultados presupuestos públicos.

Ahora, con Internet, han aparecido una multitud de formas alternativas de información que están poniendo en serias dificultades a muchos de los clásicos medios privados, ya que, su estructura empresarial, creada en los tiempos gloriosos, se ha convertido en pesada, rígida y cara. Mientras que los públicos, sencillamente, pierden audiencia sin que eso se note ni en su cuenta de resultados ni en el número de empleos, con la fácil justificación de constituir un servicio público.

Seguramente por esa dualidad entre unos y otros, los primeros tienen que buscar fórmulas nuevas o, sencillamente, intentar engancharse también a los presupuestos estatales. Quizás por ello, en la actualidad, con la pandemia, hemos podido observar como apenas hay crítica a la mala gestión realizada por parte de los distintos gobiernos. Tampoco hay visiones alternativas, ni informaciones precisas sobre aquellos países que sí la han afrontado con más éxito. De esta forma, el ciudadano que desee una información al margen de la línea oficial no tiene más remedio que acudir a esos medios minoritarios que, en general, cuentan con recursos mucho más limitados. Lo que, a su vez, explicaría que el deseo, y los intentos, de instaurar alguna forma de censura o control en Internet no sólo surjan de los consejos de ministros sino también de algunos consejos de redacción.

Los filósofos de la democracia, tradicionalmente, han sostenido que el poder del gobierno sólo podía ser contenido por otro poder. Y sin duda, una opinión pública independiente, junto a la separación de poderes, ha constituido un claro límite que, sin embargo, ahora se está resquebrajando.

Seguramente, el proceso de expansión del Estado, a través del crédito gubernamental ilimitado que estamos viviendo, lleva a que las cosas sean así. Ahora bien, por honestidad, sería también importante que los gobiernos declaran de forma explícitamente transparente cuánto dinero dedican a cada medio. Esto es, que en los propios presupuestos gubernativos se destacarse (tal como ocurre por ejemplo con la territorialización de las inversiones) las partidas que destinan a cada uno de los diferentes grupos y bajo qué conceptos (publicidad, subvención, etc.). Pues de igual manera que un ciudadano sabe que al visionar cualquiera de las cadenas de televisión propiedad del estado está aceptando la perspectiva de quien la dirige, también sería interesante, en aras de contar con una ciudadanía bien formada, que cuando leemos o escuchamos otro determinado medio conocer si está financiado en un 25, un 35 o un 90% por el propio gobierno. Una iniciativa que, claro está, sólo puede surgir desde los nuevos, pequeños y realmente independientes medios de comunicación.

martes, 23 de marzo de 2021

El sector alimenticio vs. el educativo

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El sector alimenticio vs. el educativo

Es fácil admitir que el sector dedicado a la producción y distribución de alimentos es uno de los más esenciales, fundamentales y básicos de todo el conjunto de la actividad económica de cualquier lugar. Lo mismo se puede afirmar respecto al sector educativo. Son tan esenciales que su forma de funcionar y estructura, de alguna manera, caracteriza a cualquier sociedad.

En la nuestra, el sector alimenticio está bastante liberalizado, tan solo sometido a lógicos controles y normativas, de forma que apenas hay barreras de entrada y, en consecuencia, la gestión empresarial competitiva ha destacado por la introducción constante de innovaciones, elevando la productividad y la satisfacción del usuario a cotas impensables tiempo atrás. Así, la calidad de nuestras dietas es, sencillamente, excelente de forma que, si existen problemas de sobrepeso u otros derivados de la ingesta de alimentos se debe, muy mayoritariamente, a la falta de cultura y formación por parte de la población, y no a la bondad o variedad de los comestibles disponibles.

La oferta de alimentos es enormemente amplia, y la libertad de elección del ciudadano es completa. Puede elegir comprar de forma más pausada en un pequeño mercado municipal con presencia de pequeñas empresas que cuentan con magníficos profesionales, en cadenas de distribución que ponen el énfasis en la rapidez, o en otras especializadas en acercar hasta los domicilios los alimentos más frescos, locales o de elevada calidad. De igual forma, el consumidor puede elegir el grado de preparación de los distintos comestibles. Y todo ello con precios más que razonables, ya que, por efecto de la propia competencia se igualan a los costes de producción.

Sin embargo, el sector educativo está prácticamente monopolizado, sin dejar apenas margen de maniobra para la introducción de modelos alternativos. Los contenidos están dictados por un oscuro funcionario o director general que, con frecuencia, tiene como único norte aprovechar su circunstancial capacidad de influencia para blindar su posición. Los contenidos así confeccionados serán obligatorios en todo el sistema de forma que las editoriales no podrán seguir sus propios criterios.

La formación del profesorado también está cuasi-monopolizada de manera que la mayoría de los profesionales renuncia a elaborar visiones alternativas, en una suerte de erosión del espíritu crítico proclamado como elemento básico del proceso "enseñanza-aprendizaje". Y todo ello, a su vez, conlleva hacia un círculo vicioso de pérdida de prestigio profesional que acaba repercutiendo en el ánimo y la moral de los propios docentes. Con frecuencia, se sienten inermes y sometidos ante un sistema que les coarta cualquier mínimo grado de libertad. Al mismo tiempo, y en lógica correspondencia, renuncian a hacerse responsables de tal estado de situación.

Se puede decir que el sistema incluso puede llegar a tratar al profesorado como si de empleados de una cadena de producción se tratase, cuando, en realidad forman el colectivo laboral más cualificado académicamente de entre los diferentes sectores económicos.

Por supuesto, todo ello se completa con una gran falta de transparencia que hace imposible conocer donde se encuentran los centros de mejor calidad y con buenos resultados. Así que, alternativamente, todos conocemos los rumores, casi siempre infundados, que circulan sobre la situación de cada uno de los colegios e institutos. Además, ahora, desde una parte del espectro político, se impone la supresión de cualquier capacidad de elección por parte de los padres, mientras que los costos de las diferentes unidades del sistema son un oscuro e impenetrable secreto guardado bajo siete llaves.

Frente a esta dualidad inmediatamente surge una pregunta: ¿Quizás lo expuesto explica la diferente satisfacción con los resultados entre ambos sectores?

martes, 16 de marzo de 2021

Diputados de circunscripción única

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Diputados de circunscripción única

De entre los varios problemas que presenta el actual sistema electoral, uno de ellos es la pérdida de perspectiva de conjunto. Pues al elegirse los diputados por circunscripciones territoriales, las campañas, los discursos y, por tanto, la identificación de los problemas sociales, y la propuesta de soluciones, se construyen únicamente en clave local.

De esta forma, por ejemplo, en el caso de Baleares ha calado, en determinados sectores, la idea de que los ocho diputados provinciales son pocos para influir en un Congreso de trescientos cincuenta. Una reflexión, que no considera ni la calidad de las propuestas, ni responde a los principios básicos del constitucionalismo. Pues como ya señaló Edmund Burke en los albores del nacimiento del Estado Liberal, el parlamento no puede ser un congreso de embajadores que defienden intereses distintos, contrapuestos u hostiles. Intereses que se sostienen como agente y abogado, contra los otros agentes y abogados; sino que debe ser una asamblea deliberante de una nación, con un interés: el de la totalidad; donde deben guiar, no los intereses locales, sino el bien general que resulta de de la razón general del Estado.

Dicho en otras palabras, la elección de los diputados exclusivamente por circunscripciones provinciales ha actuado erosionando la idea de nación y del bien común que la debe guiar. Para resaltar los aspectos del juego político tipo suma cero. Lo que, con frecuencia, lleva a resaltar las incompatibilidades y los intereses contrapuestos de las distintas regiones. Además, cuando a todo esto se le añade las listas cerradas confeccionadas a través de relaciones informales sin luz ni taquígrafos y una férrea disciplina de partido, el resultado, poco a poco, se convierte en una falta de representatividad.

Como la ley electoral balear está copiada de la nacional, el mismo fenómeno se replica a nivel autonómico, ya que aquí los diputados son elegidos exclusivamente por su circunscripción insular. Lo que, a buen seguro, ha dificultado mucho avanzar en el concepto de Comunidad Balear con los problemas de todo orden que la ausencia de ese marco comporta. Al tiempo que ha conducido a aceptar absurdos tan difíciles de explicar, por ser contrario a los principios elementales, como tener cuotas territoriales de consellers, o la imposibilidad de contar con un president no-mallorquín. Dicho en otras palabras, en Baleares llevamos cuarenta años aceptando que el lugar de nacimiento sí tiene una influencia esencial en la carrera de nuestros políticos.

Por todo ello, contar con diputados de circunscripción única (española o balear), junto a los actuales territoriales, nos daría otra dimensión de la acción política de la que estamos muy necesitados. Pues pensemos que un candidato de Baleares tendría que hacer campaña, no sólo aquí, sino también en Asturias, Toledo, Gran Canaria, etc. O de igual forma, a nivel autonómico, un candidato de residente en Mahón tendría que emplearse a fondo también en Sa Pobla o en Sant Antoni.

Como nuestra actual ley electoral autonómica contiene disfunciones de gran magnitud, quizás es un buen momento para comenzar a reflexionar, desde nuestro archipiélago, sobre aquello que no está funcionando bien en materia política para, en un proceso de regeneración y puesta al día, poder mejorar la toma de decisiones colectivas. Pues no tenemos que olvidar que el interés y los incentivos que mueven a cada uno de nuestros políticos están directamente vinculados con sus mecanismos de selección y elección.

miércoles, 10 de marzo de 2021

Evita Irene Montero

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Evita Irene Montero

Una mirada sobre el populismo español. Las comparaciones trascienden los mares y las épocas; e inevitablmente recaen en aquellos maestros del populismo. Argentina, en esa materia, ostenta un gran liderazgo.

martes, 9 de marzo de 2021

¡L'independentisme ens vol robar!

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¡L'independentisme ens vol robar!

 El nacional socialismo practicado en Cataluña, e imitado en Baleares, durante décadas ha explotado el victimismo fiscal como arma política para rebañar votos de aquellos sectores menos ideologizados y, por tanto, más centrados en cuestiones económicas. Inicialmente, desde el Principado se diseñó y liderando un, supuestamente, inmejorable sistema de financiación, para acto seguido denunciarlo por generar un extraño concepto que bautizaron como “déficit fiscal” colectivo. Luego, con un poco más tiempo, lo transformaron en “Madrid ens roba”.

 Pues bien, ese mismo nacionalismo, ahora transformado en independentismo, apoya al gobierno de Sánchez a cambio de toda una colección de prebendas que necesitan para mantener e incrementar su poder en la comunidad autónoma. Por ello, y a pesar de que las políticas clientelistas que les caracterizan son muy costosas han dejado de utilizar el eslogan que, además, queda un tanto obsoleto cuando se declara abiertamente que se pretende la independencia.

 Así que ahora, la estrategia que están siguiendo les lleva a girar su artillería apuntar a otro gobierno del mismo punto geográfico, pero, por supuesto, de diferente color. Ahora el gran problema que tienen los nacionalistas para poder manejar más dinero, ya no es el Gobierno de España que ellos llaman “Madrid”; ahora su gran problema se ha transformado en el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Para este cambio en la elección del gran enemigo de Cataluña han inventado un nuevo concepto: el “dumping fiscal” llamado a tener un papel similar al que tuvo el “déficit fiscal”. La meta que pretenden alcanzar no la han llamado por su verdadero nombre de “más impuestos”, sino que la han bautizado con el dulce nombre de “armonización fiscal”.

 En otras palabras, las insaciables ansias de poder de los nacionalistas pasan por gastar siempre más de lo que tienen para así poder comprar voluntades que contribuyan a la difusión de su relato con el objetivo de acumular poder, por lo que han de buscar un modo de justificar los grandes déficits públicos que provocan trasladando la responsabilidad a quien ellos identifican como enemigo exterior.

 Pero resulta que en Baleares la tributación sucesoria es similar a la del supuesto paraíso fiscal madrileño, de manera que cuando consigan su deseada armonización nosotros seremos uno de los perjudicados. Pero es que, además, al prohibir la competencia fiscal también se prohíbe la búsqueda de la eficiencia. Lo que acaba generando maquinarias burocráticas paralizantes y empobrecedoras, además de opresivas, por coartar la libertad.

 El nacionalismo, como práctica populista extrema, siempre ha intentado manipular el lenguaje para poder imponer su propio marco mental en los debates públicos que ellos siempre eligen y así obtener una ventaja argumental que oculta sus incoherencias, sus falacias y, sobre todo, sus verdaderas intenciones de dominio de poder y anulación de la libertad individual.

 Es por todo ello que, utilizando los mismos argumentos y esquemas mentales diseñados para el "Madrid ens roba", ahora nosotros, "els de les Illes", podemos decir con rotundidad y plena certeza: "l'independentisme ens vol robar"

martes, 2 de marzo de 2021

Hijos ilustres de Palma ¡Conocerlos!

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Hijos ilustres de Palma ¡Conocerlos!

Ser reconocido como “Hijo Ilustre de Palma” sigue siendo el más alto honor que pueda recibir cualquier vecino de nuestra espléndida ciudad. Una distinción que, con frecuencia, lleva asociada la elaboración de un retrato, de generosas dimensiones, que adornará alguna de las estancias más nobles del vetusto y emblemático edificio de Cort. Al tiempo que también se suele recordar al homenajeado bautizando alguna calle con su nombre.

Lógicamente cada concejal, o grupo político, intenta que el nuevo Hijo Ilustre sea alguien que haya destacado por haber desarrollado obras o ideas más acordes con quien lo propone, incluso hay alcaldes, como el actual, que cambian de lugar los retratos para dar preeminencia a sus preferidos. Sin embargo, como nadie quiere que su propuesta pueda ser rechazada en el Pleno, los méritos exhibidos para el encumbramiento acostumbran a ser sólidos y suficientes.

Un recorrido por las biografías de estas prominentes personalidades equivale a un recorrido por la historia más viva y universal de Palma. Por lo que su conocimiento, por parte de los ciudadanos, es algo más que una simple curiosidad, es un viaje por los diferentes paisajes y paisajes que se han sucedido en nuestra urbe, y por muchas de las ideas que, con sus idas y venidas, han reinado nuestro mundo. En definitiva, todos ellos, en su conjunto, nos transmiten el magnífico legado de poner en cuestión nuestras certidumbres, lo que equivale a decir, nos ayudan a alzarnos a los estadios culturales más elevados.

Por todo eso, en la primavera de 2016, como concejal de la oposición, tuve ocasión de solicitar a la Corporación Municipal que dedicase recursos para la elaboración de un catálogo digital, a ubicar en la propia la web “palma.es” (aunque ahora sea “palma.cat” exclusivamente), con los principales datos y merecimientos que adornan a cada uno de nuestros prohombres y mujeres, adjuntado una fotografía del correspondiente retrato, cuando éste existiera. Un trabajo parcialmente ya realizado durante el, ya lejano, mandato del alcalde Fageda, quien lo publicó en forma de libro distribuido en bibliotecas. Así, que básicamente se trataba de una puesta al día, no solo tecnológica, sino también para incluir nuevos hallazgos recientes como es el caso del canónigo José Tarongí.

Tras el correspondiente debate con el concejal responsable del equipo de gobierno, quien remarcó que la digitalización requeriría una labor pausada e intensa que se prolongará en el tiempo varios años, la propuesta fue aceptada, creo recordar, que por unanimidad y con satisfacción más o menos compartida.

Por tanto, ese día celebramos la promesa de un modesto paso hacia adelante en el ámbito de la difusión cultural vinculado a nuestra capital. Son en torno a doscientos Hijos Ilustres de todos los ámbitos sociales y del saber, incluyendo clérigos, militares, científicos, literatos, docentes, políticos, monarcas, etc. Sin embargo, cinco años después de aquel Pleno, continuamos con el mismo alcalde, pero no hay ni rastro del catálogo digital. ¡Qué lástima que fueran tantos los acuerdos unánimes que han resultado olvidados e incumplidos!