viernes, 24 de marzo de 2023

El Estado según Rousseau

El Estado, según Rousseau, no es sólo meramente autoritario, sino que, además, es totalitario, ya que ordena cada aspecto de la actividad humana, incluido el pensamiento.

Se debe tratar a los ciudadanos como a niños controlando su educación y sus pensamientos, implantando la ley social en lo más profundo de sus corazones. Entonces serán buenos, serán felices y su felicidad hará la felicidad de la república.

La vida sería entonces espartana, contraria al lujo y no urbana, de hecho, no se podría entrar en las ciudades sin una autorización especial. El estado es la personificación de la voluntad general. El estado es el padre, la patrie, y todos sus ciudadanos huérfanos del orfelinato paternal

Considera necesario reemplazar la sociedad existente por algo completamente distinto, esencialmente igualitarismo; pero una vez logrado esto, no debía permitirse el desorden revolucionario.

Quienes contralan las opiniones de un pueblo controlan sus acciones. Ese control se establece tratando, como se ha dicho, a los ciudadanos desde su infancia como hijos del estado, educados para verse sólo en su relación con el cuerpo del estado. Como en la doctrina de Mussolini: todo en el estado, nada fuera del estado, nada contra el estado. Por ello era esencial que el gobierno ostente la crianza de los niños. 

El legislador se convierte también en un pedagogo, en el nuevo Mesías, capaz de solucionar todos los problemas humanos, creando "hombres nuevos".


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