martes, 10 de enero de 2023

¿Puede un gobierno con todo el dinero del mundo perder las elecciones?

 ¿Puede un gobierno con todo el dinero del mundo perder las elecciones?

 mallorcadiario.com

Las próximas elecciones serán atípicas, por diferentes cuestiones, una de ellas será porque los gobiernos actuales, por obra y gracia del BCE, se pueden presentar disfrutando de unas potentes líneas de crédito que casi equivalen a tener “todo el dinero del mundo” en las arcas hacendísticas.

El fenómeno ya se nota en la propaganda que nos llega por todos los medios, cuya desproporción con la que puede asumir la oposición es contundente. Los argumentarios gubernativos se repiten con tanta asiduidad que, no serán pocos, los electores que los asuman como ciertos y propios.

De igual forma se repiten los anuncios de grandes planes que no se han realizado durante la legislatura. Las primeras piedras, las presentaciones, o las inauguraciones de proyectos se suceden sin solución de continuidad pudiendo generar la sensación de que, realmente, los actuales dirigentes se merecen su sueldo por buenos administradores.

El momentáneo cuerno de la abundancia del acceso infinito al crédito incluso permite influir en los principales datos estadísticos. Así, por ejemplo, una simple subvención a la gasolina puede llevar a un mejor dato de inflación, lo que redundará en la idea anterior de que las cosas van bien. De igual forma se pueden contratar a muchos más empleados públicos en condiciones laborales claramente superiores a la media. El “boca a boca” del votante medio que ha obtenido un puesto de trabajo público puede actuar como apóstol del gobernante actual. El debate económico con la alternativa política está ganado de antemano.

Para los colectivos que no aspiren a una plaza funcionarial se puede implementar un reparto de cheques que faciliten el consumo de aquellos bienes que en condiciones normales no se alcanzan a adquirir. Sin duda, un porcentaje de los receptores de esos talonarios estarán agradecidos por ello. Ante tal evidencia los aspirantes de la oposición, quizás se ciñan a intentar poner el foco en otras cuestiones diferentes de las económicas.

Por supuesto, el acceso ilimitado al crédito permite implementar todas las actuaciones anteriores sin apenas incrementar los impuestos, de manera que el público no tiene porqué llegar a ser consciente de que, tarde o temprano, todo se tiene que pagar. ¡Los Reyes Magos con sus almuerzos gratis parece que sí son reales!

Sin duda, hay muchos motivos para no votar a los actuales gobernantes, muchos no son económicos, aunque en líneas generales los que sí lo son requieren cierta elaboración. Por ejemplo, se puede razonar que el exceso de gasto público-político constituye la verdadera causa de la empobrecedora inflación que, no sólo equivale a una injusta disminución salarial, sino que pone palos en las ruedas en el futuro de nuestros hijos. O lo mismo se podría decir del intervencionismo que ha dado nuevas alas a la asfixiante burocracia.

Así, a pesar de que la crítica es menos intuitiva que el eslogan publicitario, muchos de esos motivos más razonados estarán presentes en buena parte de aquellos que se acerquen a depositar en su papeleta en la urna correspondiente. Sin embargo, ninguno de ellos tendrá la capacidad de influencia que está teniendo Christine Lagarde y Úrsula von der Leyen, con su peculiar forma de dirigir el Banco Central y la Comisión Europea.

Lo cierto y verdad es que, tengo la sensación, que a estas dos altas damas les preocupa tanto la estabilidad social que la están confundiendo con la estabilidad política, lo que puede tener graves consecuencias en el devenir democrático. 

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