martes, 7 de diciembre de 2021

La magia (negra) de la inflación

 mallorcadiario.com

La magia de la inflación.

Ciertamente, estamos experimentando la que debe ser la mayor disminución salarial experimentada por los actuales trabajadores en activo. Y no pasa nada. Aunque eso sí, los empleados del Banco Central Europeo, quizás por contar con más información que los demás, quizás porque ellos sí saben que da igual que la inflación sea coyuntural o persistente, han sido los primeros en elevar sus reivindicaciones laborales para hacer frente a la bajada de salarios encubierta que supone. A buen seguro ganarán, aunque se intente evitar que nos enteremos.

Recordemos como la bajada de sueldos realizada por José Luís Rodríguez Zapatero se inició con una disminución, que nunca se revirtió, para los funcionarios. Luego se extendió a capas más amplias. Aquella medida tomada a contrapelo por el líder del PSOE en la primavera de 2010 le llevó a tener que convocar unas elecciones que, indudablemente, perdería. La inflación de este año ya ha mermado el poder adquisitivo de sueldos y salarios en una proporción mayor que en aquella ocasión.

Ahora, la vieja magia de la política inflacionista del nuevo líder socialista, en cambio, le permite llevar al país a un empobrecimiento claramente superior con muy amplias posibilidades de revalidar el cargo. Una simple cuestión psicológica, unida a un cambio de papel de los medios de comunicación y los sindicatos, hace que no se responsabilice al gobierno del desaguisado. Poco importa que las subidas del salario mínimo, de hace unas semanas, ya estén devoradas por las subidas de precios; Sánchez es ante la prensa sumisa y los sindicatos el adalid de los mileuristas.

El osado presidente sabe que el Banco Central Europeo lo tiene muy complicado para revertir la situación, pues una subida de tan sólo un punto de los tipos de interés resulta inasumible para los países sobre endeudados de la Unión. Así, es previsible que los gobiernos más populistas, como el suyo, actúen de la siguiente forma: en primer lugar, reforzar las alianzas (y las subvenciones) con los medios de comunicación y, también, con los sindicatos a fin de minimizar y diluir las posibles reivindicaciones al estilo de los empleados del Banco Central Europeo. De hecho, la significativa noticia ha sido prácticamente silenciada en España.

Más adelante, cuando el malestar sea algo más difícil de contener, se iniciará una narrativa en la que se culpe a capitalistas, especuladores, franquistas o al PP de la mala situación. Al tiempo que, como mínimo, se anunciarán bondadosas iniciativas para controlar los precios. Quizá esto último se haga utilizando algún neologismo que otorgue carácter técnico y académico a la propuesta. Por otro lado, como no toda la población sufre el perjuicio en la misma proporción, se pondrá énfasis en mostrar los casos más exitosos.

Todo esto lleva su tiempo, así que probablemente se puedan convocar las elecciones con garantía suficiente de reelección. En gran parte porque con la actual estructura electoral un debate con un mínimo de profundidad resulta casi imposible. De esta forma, el panorama sólo es optimista en los medios de desinformación.

En definitiva, una vez más soy de la opinión que los problemas de nuestro país hunden sus raíces en fallas del sistema de representación política cuya solución, sin embargo, no requiere tocar la Constitución. Por ello, vuelvo a animar a los partidos constitucionalistas, ahora en la oposición, a ser valientes y a realizar propuestas claras para la mejora del sistema.

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