viernes, 26 de noviembre de 2010

Hoy es The Economist que señala que la verdadera preocupación no es Portugal sino España

La verdadera preocupación no es Portugal sino España, con una economía mucho mayor tamaño que Grecia, Irlanda y Portugal juntas. Los déficits españoles, aunque son comparables con los de los otros países en términos porcentuales, dejan en enanos a los de Grecia, Irlanda y Portugal en términos absolutos.

Ahora el mantra es España no es Irlanda. Falta poco para que después sea España no es Portugal. El rescate español es complicado, pues cuando se constituyó el Fondo Europeo de 750 mil millones, no se pensó en esta eventualidad.

La fortaleza de España es que su deuda pública está en el 53% del PIB, es decir, 21 puntos por debajo de la medida Europea. Además, no tiene los bancos quebrados de Irlanda, ni el despilfarro de Grecia. Sus objetivos de austeridad son más creíbles que los de Portugal. Pero existe el temor a que exista un efecto dominó que incluso puede ir más allá de España, traspasándose a Italia e incluso a Bélgica.

El gobierno socialista-avestruz de ZP fué obligado a sacar la cabeza de debajo de la tierra en Mayo, y las medidas adoptadas parecen estar funcionando. Sin embargo, los precios de la viviendas siguen siendo demasiado elevados al igual que el PARO. Es por esto que los mercados están nerviosos. Además, los nervios aparecen porque ZP no actúa por convicción lo que le lleva a una constante tendencia a la relajación inadecuada.

Por último, el sistema financiero español tiene necesidad de acudir a los mercados mayoristas, pero un numero de cajas que representa el 12% del sistema financiero han sido excluidas de esos mercados. Hecho que se agrava por la incertidumbre que está generando el proceso de fusión de cajas. En otras palabras, quizás se esté haciendo lo que se debe, pero no con la suficiente energía ni convicción.

Por ello no es raro que el diario sensacionalista Bild se pregunte si los ciudadanos alemanes tendrán que acabar pagando por España, tal como han hecho con Grecia  y ahora, con Irlanda.

El artículo completo se puede leer en economist.com

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