Durante la primera etapa de la aceptación de la crisis, tanto el Gobierno de España como el Govern Balear confiaron en que la recuperación viniese de la mano del sector turístico.
En el caso del Govern, esa confianza supuso también la aceptación de la importancia que el sector tiene en nuestas Islas, y una rectificación en toda regla respecto a las políticas que desarrolló el primer Pacte.
Sin embargo, ambas instituciones vuelven a errar el tiro. Pues una vez más se pone de manifiesto que la salida de la crisis no vendrá de la mano de un sector u otro per sé, sino que requiere un esfuerzo de adaptación que debe iniciarse mediante reformas legislativas. Pues en caso contrario, ni el turísmo nos permitirá mejorar nuestra situación económica.
Así, resulta interesante leer el artículo de hoy sobre el tema en expansión.com. En donde, entre otras cosas se dice:
Pero sería miope analizar el problema del sector desde una óptica puramente coyuntural, pues existen debilidades de fondo relacionadas con la necesidad de superar la fuerte dependencia del modelo tradicional de sol y playa al que le han salido serios competidores en el Mediterráneo.
La actividad turística necesita inyecciones de competitividad...
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