La principal locomotora consumista del mundo, los Estados Unidos, está entrando en una gran recesión que la convertirá en lider de las fuerzas deflacionistas en todos aquellos sectores en donde la oferta supere a la demanda. En especial sectores como el de la vivienda o el del automóvil, u otros bienes de consumo duradero. Lo que está motivado por el que la demanda agregada esté disminuyendo drásticamente por debajo de la oferta agregada.
Esto a su vez, incrementa las tasas de desempleo, acelerando el proceso en forma de círculo vicioso. Dinámica que no es exclusiva de los Estados Unidos, sino que afecta a todo occidente.
A nivel mundial existe un enorme exceso de capacidad de producción de bienes manofacturados, debido a la enorme inversión llevada a cabo en China y otras economías asiáticas. Se calcula en que China la inversión real se ha situado alrededor del 50% del PIB. Esto ha creado un exceso de oferta de mercaderias, que ahora no se pueden vender debido al alicaimiento de la demanda mundial.
Todo ello se transmite a los mercados de valores y de materias primas. Así, los rendimientos de muchos activos financieros están disminuyendo, incluyendo muchos bonos de los diferentes tesoros.
El oro, que constituye el más típico "refúgio" contra la inflación, también está disminuyendo drásticamente. Lo mismo está pasando, en los últimos meses, con el petróleo y otras materias primas.
Es cierto, que las actuaciones de muchos gobiernos son inflacionistas al recurrir en mayor o menor medida a la monetarización de sus costes fiscales. Es posible que esto acabe pasando con los planes de rescate de los sitemas financieros aprobados.
Pero en cualquier caso, la tendencia principal que debe preocuparnos a los economistas, deja de ser la inflación para pasar a ser la DEFLACION, que en el peor de los casos puede convertirse en ESTAN-DEFLACION.
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