martes, 29 de agosto de 2023

Decibelios del puerto de Palma y Ca'n Barbarà

mallorcadiario.com

Si subimos al Castillo de Bellver, o a cualquier otro enclave que nos proporcione cierta perspectiva, podremos percibir el rugido urbano. De entre ese magma sonoro quizás podamos identificar el origen de algunos de los decibelios, como pueden ser los provocados por algún camión o por algunos autobuses urbanos con muchísimo servicio a sus espaldas. Ahora bien, a determinadas horas del día, los ruidos más estruendosos, sin lugar a dudas, provienen del Puerto.

Se trata de otro de esos problemas claramente identificados desde hace décadas a los que nunca se les da solución contundente y definitiva. Tal vez sea porque los políticos de turno, hace tiempo que consideran que las inversiones en infraestructuras generaban menos votos que los gastos corrientes y, por tanto, prefirieron contratar personal o subvencionar, o anunciar que subvencionan, a mejorar los equipamientos públicos.

Los ferris que nos comunican con las otras islas y con la península hacen un ruido espantoso, mucho mayor que el de los enormes trasatlánticos que asiduamente atracan en nuestro puerto. Además, muchas de las operaciones de carga y descarga se hacen con vehículos diésel con motores sobre-revolucionados a los que además se les añade algún tipo de pitido acústico para advertir al personal estibador de su presencia. También las pasarelas metálicas retumban, mientras las grúas eléctricas brillan por su ausencia.

En ocasiones, ante las permanentes quejas de los vecinos más próximos, se promete que la solución pasa por conectar los buques a la red eléctrica general, para que, de esta manera, no tengan la necesidad de utilizar sus ruidosos motores. Si es así, se trataría de una operación aparentemente sencilla, sobre todo para una autoridad portuaria que siempre ha hecho gala de abultados superávits monetarios, aunque es más que posible que la red eléctrica general también tenga que adaptarse incrementando notablemente su capacidad de servicio.

En cualquier caso, lo extraño y contradictorio del asunto es que mientras se anuncian restricciones al tráfico para particulares en aras a conseguir una ciudad más sostenible y, por tanto, habitable, parece que la solución a los problemas sonoros, y otros, del puerto duermen el sueño de los justos.

Es cierto que este verano está resultando especialmente desagradable a la hora de disfrutar de la ribera urbana de Palma, sobre todo, por las interminables e insufribles obras del Paseo Marítimo, que, por supuesto, también resultan muy ruidosas. En definitiva, no es de recibo es que un organismo con el músculo económico de la Autoridad Portuaria y con acceso a los cacareados y fondos europeos no sea más ambicioso a la hora de ofrecer a la ciudad unas instalaciones del máximo nivel, un puerto modélico desde cualquier punto de vista. Es más, desde mis tiempos de modestísimo navegante he sostenido que, entre otros, uno de los varios objetivos a conseguir es el de la transparencia de las aguas en todos los puntos portuarios. De hecho, pienso que el reto debería incluso ir más allá para conseguir que Ca’n Barbarà retornará a ser zona de baño, aunque hubiese que reubicar a las pequeñas embarcaciones del enclave o modificar el contundente puente que separa sus aguas (en vez de unirlas) a las del resto del puerto, o realizar cualquier otro tipo de actuación.

Así mismo, sería fantástico que el periodismo insular (que pena la falta de independencia ante todo tipo de poder) estuviese atento observando, sin sectarismos, cómo se disminuyen los decibelios marinos, o cómo se gana en transparencia para observar las profundidades portuarias. Ciertamente, el del puerto es solo uno más de los muy variados problemas a los que se enfrenta nuestra urbe, sin embargo, este uno de lo nos puede poner en el mapa de los enclaves destacados por tecnología y ciencia, pues con la colaboración de los organismos de investigación de titularidad balear, y de los reputados científicos que los dirige, estas metas son posibles.

La Autoridad Portuaria es un organismo autónomo que no está sometido a la rendición de cuentas propia de los procesos electorales. Depende del Estado, pero a su presidente lo nombra la CAIB, aunque también hay un director. Además, su consejo de administración está compuesto por un conglomerado de representantes de múltiples administraciones y otras instituciones receptoras de subvenciones, lo cual contribuye a diluir responsabilidades.

Quizás la recién creada Consellería del Mar, aunque no tenga las competencias necesarias, tal vez sí pueda ejercer una labor de liderazgo sobre las otras instituciones que efectivamente tienen en sus manos la capacidad de actuación. Es por ello que, desde este mismo diario digital, ya me pronuncié como partidario de su creación en julio de 2021 (https://www.mallorcadiario.com/conselleria-del-litorial-pep-ignasi-aguilo). Palma se merece, no sólo un Paseo Marítimo que esté a su altura, sino también y, sobre todo, que su puerto sea líder en belleza, eficiencia, seguridad y valores ambientales.


martes, 22 de agosto de 2023

Milei y la solución a IB3

mallorcadiario.com

En abril de 2022 ya pude advertir, en este mismo diario (https://www.mallorcadiario.com/otro-fenomeno-argentino-que-nos-interesa-pep-ignasi- aguilo), que convenía estar atento a las elecciones presidenciales argentinas de este año 2023 por contar con la precandidatura del economista Javier Milei. Pues quien lo haya seguido mínimamente podrá haber comprobado cómo se trata de un notable académico, y empedernido lector de vasta cultura económica, capaz de manejar con soltura no sólo las estadísticas de su país, sino también las de rango internacional. Una persona, además, que ha carecido de cualquier tipo ambición política hasta haber rebasado el medio siglo de existencia, sin vínculos familiares o empresariales con algún tipo de grupo de interés. Todo lo cual le ha permitido armar un atractivo discurso político-económico-social, claramente diferenciado de los que articulan los partidos tradicionales, en los cuales por desgracia abunda no el tacticismo, la ambigüedad o los mensajes adaptados a cada público, sin importar sus posibles contradicciones.

Así pues, no es de extrañar que los debates electorales, que están teniendo lugar en el país de la plata, todos los aspirantes a la más alta magistratura nacional se centren básicamente en las propuestas del “Peluca Milei”. Es decir, está disfrutando de llevar la iniciativa política, a pesar de que los grandes medios de comunicación -como es tradicional en ellos cada vez que aparece un "afuerino" con capacidad de romper el statu-quo- lo intentan desprestigiar por tierra, mar y aire. Y es de suponer que esas campañas de desprestigio se recrudecerán en las próximas semanas hasta límites extremos.

Pues bien, Milei ha dado con la solución al culebrón protagonizado por Manresa y los suyos, internalizados o no, en IB3. Pues, por supuesto, el economista argentino considera que los medios de comunicación no tienen que estar financiados por el poder político. Ya que, justamente por eso, el objetivo de los mismos no es otro que la distorsión de la realidad y el adoctrinamiento. Y lo que es peor que lo hacen con nuestro dinero, es decir, aquel que nos quitan de nuestros bolsillos o de otros gastos más importantes como los relacionados con la sanidad, los servicios auténticamente sociales, o la educación.

Ahora bien, cerrarlos es políticamente difícil, por no decir imposible, porque, en tal caso, se revolverían como un león acorralado contra el gobierno que lo intente, con una fuerza irresistible, instrumentalizando una imaginaria victimización que, a buen seguro, el resto de medios cuasi-oficiales (subvencionados) comprarían de inmediato.

De esta forma la propuesta del libertario de aspecto rockero aplicada al caso balear consistiría en regalar IB3 a sus trabajadores, es decir, a Manresa y todos los que le acompañan para que así puedan competir con el resto de medios por la audiencia que, a partir de ese momento necesitarán para financiarse, al dejar de fluir el dinero de los contribuyentes. Una propuesta en la que todos ganan. Ganamos los ciudadanos de Baleares que nos ahorramos una millonada sin perder servicios. Ganan los trabajadores del ente que pasan a ser propietarios de una televisión que pueden utilizar según su estricto criterio profesional, y gana el panorama televisivo que, ahora sí, tiene que ofrecer auténtico valor añadido a sus telespectadores.

Las cadenas privadas de televisión local, quizás se pueden verse inicialmente algo resentidas, pues la nueva IB3 pasa a competir en su mismísimo terreno de juego con la ventaja de no haber tenido que sufragar los costes de puesta en marcha. Sin embargo, a medio y largo plazo ganan por no sufrir la distorsión del medio televisivo.

Es cierto que quizás, por tal vez, pueda ocurrir que el ayuntamiento de Pollença, u otro, quieran financiar a la nueva IB3 tal como hizo el de Calvià en su momento. No obstante, el cambio de dimensión es lo suficientemente importante como para que el debate sobre esta cuestión pueda considerarse.

En definitiva, desde uno de nuestros países hermanos del otro lado del océano nos llega una hábil propuesta para solventar el problema que, en cada legislatura, genera la mera existencia de IB3. Por su parte el periodista Javier Mato también ha hecho otra idea alternativa sugerente, como es la de declarar oficial y explícitamente que la manipulación es uno de los principales objetivos del ente.

Así que, en definitiva, contamos con material más que suficiente para que la cuestión pueda ventilarse en los foros habituales de forma especialmente interesante. Incluso, puestos a imaginar, en el mismísimo Parlament.

martes, 15 de agosto de 2023

Precio-Fobia destructiva

mallorcadiario.com

El sistema de precios es un fantástico, y automático, sistema de comunicación que permite coordinar los esfuerzos de miles de millones de personas para beneficio de la humanidad. Son señales de tráfico, como los semáforos. El Premio Nobel Milton de 1976 Friedman tiene un video, colgado en Youtube, titulado la “Historia de un Lápiz” en donde expone con claridad como nadie sabe hacer algo, aparentemente tan sencillo, como un simple lápiz escolar. Demuestra que para fabricarlo hace falta la colaboración de cientos de personas de lugares muy distantes, que hablan idiomas diferentes, con creencias también distintas. Incluso dice que puede que sus naciones estén enfrentadas en alguna guerra. Sin embargo, colaboran para que todos podamos tener ese lapicero al precio lo más contenido posible.

Para llevar a cabo esa colaboración de forma coordinada lo único que tienen que conocer, los participantes en el proceso de producción, es el precio de los diferentes componentes del lápiz y, en su fase final, del propio producto ya elaborado. De esta manera, el fallecido economista de Chicago, concluye que es la “magia del mercado”, a través del sistema de precios, quien proporciona los mecanismos para promover, no sólo la eficiencia y la cooperación, sino también, y sobre todo, la armonía y la paz entre los pueblos del mundo.

Sin embargo, el creciente intervencionismo estatal promovido por un neo-populismo, capaz de utilizar argumentos de ignorante para alcanzar y mantenerse en el poder, ha decidido atacar y sí le es posible destruir el benéfico sistema de precios, para sustituirlo por otro de controles jerarquizados que les permitan obtener prebendas de toda clase. El pobre argumento que, principalmente, utilizan es que los precios impiden el acceso a determinados bienes a sectores sociales. Es decir, hacen algo así como matar al mensajero, ya que los precios son el resultado de múltiples interacciones que generan los incentivos necesarios, precisamente, para hacer los productos y servicios accesibles a cada vez más amplias capas de población.

Las armas que utilizan los precio-fóbicos son muchas, aunque las principales, a modo de ejemplo, se pueden resumir en las siguientes:

La inflación actual, que tiene su origen último en la incapacidad de los gobiernos de equilibrar sus cuentas, es sin duda el principal enemigo del sistema de precios. Pues en el ambiente inflacionario es difícil saber si un incremento de precios se debe a la escasez de un componente, a un incremento de la demanda o, simplemente, a la corrosión del dinero. Esa dificultad puede acabar minando todo el sistema, tal como ocurrió en nuestro entorno durante la década de los setenta. Un semáforo siempre en verde es inútil.

El establecimiento de controles de precios, como se ha hecho recientemente, en el mercado inmobiliario constituye otro notable ejemplo de cómo se puede destruir un mercado que con menos intervención podría satisfacer mucho mejor las necesidades del público. Incluso los propios impuestos, como el excesivo de transmisiones patrimoniales, también son responsables de impedir un correcto funcionamiento del sistema. Un semáforo en verde y rojo a la vez, pronto producirá accidentes.

El rechazo a los copagos es otro tanto de lo mismo, pues ninguno de los agentes participantes puede hacerse una idea cabal de los incrementos o disminuciones de la demanda y la oferta. Sin un sistema de precios -aunque sea subvencionado- resultará prácticamente imposible mejorar la percepción de los servicios afectados, por muy esenciales que se consideren. Nada es gratis, así que ocultar los precios entre una maraña de tributos sólo puede distorsionar la realidad. Por supuesto, no sirve de nada un semáforo con sus luces apagadas.

Las prohibiciones y obligaciones de consumo impuestas, por ley, es otro tanto de lo mismo. Lo vemos en materias como la energía o los automóviles con resultados diametralmente opuestos a los buscados. Es como si en un cruce se sustituyese el semáforo por una señal de prohibido o, alternativamente, de paso obligatorio únicamente para los que provienen de una determinada vía. Una vez más, qué duda cabe, sería arriesgado circular en ese enclave.

Desgraciadamente tenemos muestras más que suficientes de cómo el intervencionismo estatal precio-fóbico resulta un fracaso en todo lo que toca, sin embargo, la presión-fobia, promovida desde la política por sistemas con fallos de representatividad, gana terreno día a día. Cada vez estamos más cerca, no sólo de impedir el florecimiento de las clases medias, sino de cualquiera que no forme parte del entramado político-funcionarial.

jueves, 10 de agosto de 2023

Sobre la muerte

Un sabio genuino debe considerar la resignación como la gloria principal de sus años declinantes.

Un anciano no debe buscar la muerte, ni tratar de alejarla. La muerte debe ser recibida con indiferencia cuando quiera que ésta decida venir. Para el hombre fuerte de alma no hay muerte vergonzosa

Marco Tulio Cicerón

martes, 8 de agosto de 2023

La asignatura pendiente del PP

 La asignatura pendiente del PP

 mallorcadiario

El PP es un gran partido consolidado que ha contribuido, y continúa haciéndolo, a la articulación de la sociedad española. Cuenta con una nutrida militancia, que gusta del debate y la confrontación de ideas, aunque también capaz de actuar de forma coordinada, tanto en la detección de los problemas colectivos como en la respuesta a los mismos. Su implantación territorial e institucional lo avalan como una formación con músculo suficiente para ofrecer coherentes programas de gobierno en la práctica totalidad de las asambleas de la nación.

No obstante, como toda gran organización, tiene algunos problemas que podríamos considerar estructurales, alguno de los cuales le han dificultado el acceso al poder nacional. Así mismo, en ocasiones, le han impedido tener la capacidad de influencia, que le debería corresponder por el número de votantes, cuando ejerce la labor de oposición. Es probablemente por esto que España ha sido gobernada muchos más años por el PSOE. Por añadidura, si analizamos el debate político nacional, ha sido este último partido quien ha ostentado la mayoría de iniciativas sociales y políticas.

Pues bien, de entre todos esos problemas, creo que, sin lugar a dudas, el más importante es su deficiente implantación en Cataluña. También en el País Vasco. Pues sin contar con una presencia sustancial en estos dos importantísimos territorios, tanto desde el punto de vista de su dimensión (sobre todo en el caso catalán), como desde el punto de vista su dinamismo social y económico, la acción política se hace muy cuesta arriba

Al inicio del actual período democrático Convergencia i Unió ocupó el espacio de la derecha en esa parte del país, antes, incluso, de la fundación del Partido Popular en 1989. Así que cuando éste apareció, tuvo que competir por un espacio que ya tenía titular en el Principado. De hecho, la fracasada "Operación Roca", de inicios de la década de los 80's, fue el intento de convertir a la derecha catalana en la principal oferta, de ese espectro ideológico, en el conjunto del país.

A partir de aquí, como les ocurre ahora a los partidos de más reciente creación, el mensaje de los populares catalanes, y sus propuestas, fluctuaron en la búsqueda de su “nicho de mercado”. Sin ir más lejos vale la pena recordar como, por ejemplo, Alejo Vidal Quadres, una de las mentes más lúcidas del mundo académico catalán consiguió articular un discurso atractivo para el electorado de centro-derecha a la vez que nítidamente diferenciado del convergente, por su mayor apertura y su menor tendencia a la endogamia. Sin embargo, al no conseguir Aznar, en su primera legislatura, la mayoría absoluta a nivel nacional, acabó aceptando sacrificar al orador de la voz ronca en el altar pujolista. Por supuesto, todo lo construido hasta entonces se vino abajo. Y constituyó todo un aviso para los militantes navegantes de esa comunidad autónoma.

Pujol puso en marcha su programa de colonización e instrumentalización de todas las instituciones mediáticas, políticas y sociales a su alcance, tal como ahora hace Sánchez, siendo muy consciente que había que anular, sobre todo, a los rivales que le eran más próximos en su segmento ideológico. Lo que se materializó a través de la consigna de que no se podía ser un buen catalán si se militaba o votaba al PP. Lo que, unido al hecho, como hemos mencionado, que el PP castigó a sus mejores hombres por el simple hecho de ser molestos para llegar a acuerdos con el Molt Honorable, era claro que declararse popular en Cataluña se convertiría en una dura travesía que requería mucha más convicción que en el resto de la nación.

Por su parte, en Baleares, y otras comunidades, el PP optó por incluir en su discurso mensajes de corte nacionalista con la idea de evitar el surgimiento de fuerzas políticas que intentaran seguir el camino de Convergencia, muy al estilo del PSC. Lo cual acabó resultando un éxito inicial que, sin embargo, con el tiempo, acabaría haciendo aflorar algunas contradicciones respecto a cómo entender el estado de las autonomías.

Así pues, por lo dicho, no puede extrañar, pues, que el PP catalán tuviera dificultades para contar con una amplia militancia con la suficiente capacidad de participación para nombrar a sus dirigentes y contar con representantes propios en el entramado social, lo que llevó a que los líderes fueran propuestos desde los órganos centrales del partido, con más o menos acierto.

De esta forma no se ha llegado a modular un mensaje proactivo que le otorgue un mínimo de iniciativa, como si solo fuese posible abanderar críticas a todo aquello que no fuese el statu quo. Una situación impropia de un gran partido político, generadora de un bucle melancólico. Un círculo vicioso desde el que sólo se vislumbra algún horizonte en un futuro incierto.

Después, el presidente Zapatero configura el Pacte del Tinell que se materializó en un nuevo Estatut, cogiendo nuevamente a la formación popular catalana, y de otras comunidades, con el pie cambiado por lo que se limitó a rechazarlo, pero sin evitar que el ejemplo cundiese entre otras autonomías, incluyendo la nuestra. Y así llega la crisis económica de 2008. El convergente Artur Más, elegido President, inicialmente aplica una política económica ortodoxa de contención del gasto público, al gusto de los dirigentes europeos de entonces y de la ministra española Elena Salgado. El resultado fue que la popularidad y el apoyo social de los herederos del pujolismo se derrumbaron. Y lo que es peor, simultáneamente, se pone de manifiesto que la política clientelar practicada desde la Generalitat está plagada de episodios de corrupción. Así, acorralados ponen en marcha el Procés.

 El PP catalán vive aquellos acontecimientos desarbolado observando como una parte muy importante de la sociedad que intenta representar clama por un partido no-nacionalista. Sin poderse librar de su mochila, observa como esos catalanes optan por Ciudadanos. Un nuevo partido que acaba teniendo tanto éxito que se atreve a desafiar, como ocurrió antes con la mencionada "Operación Roca", a todo el centro derecha del ámbito nacional.

 La historia más reciente también es más fácil de recordar, y en toda ella hay una constante sobre la que hacer un “mea culpa” popular, no hay propuestas del principal partido de centro derecha español sobre cómo resolver los problemas propios del Estado de las Autonomías. Es más, a nivel nacional, su vocación de partido de masas, le lleva a aceptar muchos de los elementos de la corrección política que borran las posibles señas de identidad propia diferenciada.

Por todo lo anterior a nadie le puede extrañar que el presidente Rajoy optará por el inmovilismo en aquellos aciagos días del otoño de 2017. Lo cual llevó al paradójico nacimiento de Vox, la criptonita que desde entonces le impide llegar al gobierno.

Como militante del Partido Popular, me inclino a pensar que resolver nuestra más importante asignatura pendiente es la principal tarea a la que nos deberíamos dedicar. La financiación autonómica debería generar incentivos al crecimiento económico mediante la identificación clara y diáfana de responsabilidades fiscales. El sistema electoral también debería adaptarse a cada comunidad para evitar la reproducción mimética de todos los organismos estatales. Y, sobre todo, el Partido Popular puede ofrecer un perfil propio distinto de las derechas nacionalistas, mucho menos estatista e intervencionista, es decir, puede ofrecer perfil mucho más liberal. Teniendo muy presente que la competencia entre administraciones reduce el poder de las élites burócratas y que la minoría más pequeña a proteger es el propio individuo con total independencia de su identidad.

 

Tendencias que parecen vislumbrarse ¿Cómo será el futuro? En 12 breves puntos

  1.  Progresiva minusvaloración de la familia, y asunción, por parte del Estado de sus principales funciones lo que conlleva a un inevitable aumento de la soledad. Se tenderá a evitar, incluso, que la reproducción se realice en el seno familiar.
  2. El Estado tiene más necesidades financieras y, por tanto, la tributación será mayor
  3. Hipervigilancia de las acciones individuales mediante tecnologías electrónicas, restricciones de la libertad en aras a un, pretendido, énfasis en la seguridad.
  4. Descarbonización, reducción el consumo individual de energía tanto de origen fósil como renovable. Esta última, no alcanzará la posibilidad de los niveles de usos de la anterior.
  5. Desmundialización, con su tendencia a consumir, preferentemente de forma inicial, productos locales. Lo que inevitablemente conlleva, unido al incremento de los tributos, a disminuciones de los estándares vida. Cada persona tiene menos opciones vitales.
  6. Aumento de las interrelaciones personales por medio de sistemas telemáticos asincrónicos. Disminución de las relaciones interpersonales físicas, disminución de los desplazamientos. Una vida más ligada a un territorio pequeño.
  7. Sustitución del sexo por el cibersexo. Las relaciones sexuales siempre suponen papeles diferenciados entre individuos que pueden ser interpretados de formas también diferentes según la subjetividad de cada uno, por tanto, en aras a la seguridad personal se preferirá el cibersexo.
  8. Aceptación de una nueva religión basada en los elementos que dan poder al Estado como es el caso de las externalidades, o más en general, bienes colectivos. La religión tendrá la misión fundamental de promover la aceptación de la disminución de los estándares de vida en base a un supuesto bien superior, no para las personas concretas, sino para la humanidad en su conjunto.
  9. A las personas se las juzgará por su pertenencia de un colectivo, puesto que los derechos se otorgarán por parte del poderoso Estado en función a cuál se pertenezca. Tanto para la bueno, cómo para lo malo. Una buena parte de los conflictos interpersonales los dirimirá, no un juez humano, sino un ordenador previamente programado para juzgar de forma desigual a los considerados desiguales.
  10. Lo colectivo se impone sobre lo personal o individual hasta el punto que la intimidad se considera una desconsideración social. La política estatal, con el auxilio de la neo-religión, nos impone como debemos comportarnos en los aspectos más personales.
  11. Aumento de los movimientos grupales de rebaño, mediante los procesos de cancelación del disidente. Cada vez será más complicado tener un pensamiento propio que no se corresponda con el de algún grupo. 
  12. La ciencia entrará en decadencia, pues se considerará que el consenso se tiene que imponer sobre el pensamiento discrepante que, cómo se señala en el punto anterior, se cancela. El statu quo se imponte. Las relaciones de poder son inamovibles.

La asignatura pendiente del PP

mallorcadiario.com

El PP es un gran partido consolidado que ha contribuido, y continúa haciéndolo, a la articulación de la sociedad española. Cuenta con una nutrida militancia, que gusta del debate y la confrontación de ideas, aunque también capaz de actuar de forma coordinada, tanto en la detección de los problemas colectivos como en la respuesta a los mismos. Su implantación territorial e institucional lo avalan como una formación con músculo suficiente para ofrecer coherentes programas de gobierno en la práctica totalidad de las asambleas de la nación.

No obstante, como toda gran organización, tiene algunos problemas que podríamos considerar estructurales, alguno de los cuales le han dificultado el acceso al poder nacional. Así mismo, en ocasiones, le han impedido tener la capacidad de influencia, que le debería corresponder por el número de votantes, cuando ejerce la labor de oposición. Es probablemente por esto que España ha sido gobernada muchos más años por el PSOE. Por añadidura, si analizamos el debate político nacional, ha sido este último partido quien ha ostentado la mayoría de iniciativas sociales y políticas.

Pues bien, de entre todos esos problemas, creo que, sin lugar a dudas, el más importante es su deficiente implantación en Cataluña. También en el País Vasco. Pues sin contar con una presencia sustancial en estos dos importantísimos territorios, tanto desde el punto de vista de su dimensión (sobre todo en el caso catalán), como desde el punto de vista su dinamismo social y económico, la acción política se hace muy cuesta arriba

Al inicio del actual período democrático Convergencia i Unió ocupó el espacio de la derecha en esa parte del país, antes, incluso, de la fundación del Partido Popular en 1989. Así que cuando éste apareció, tuvo que competir por un espacio que ya tenía titular en el Principado. De hecho, la fracasada "Operación Roca", de inicios de la década de los 80's, fue el intento de convertir a la derecha catalana en la principal oferta, de ese espectro ideológico, en el conjunto del país.

A partir de aquí, como les ocurre ahora a los partidos de más reciente creación, el mensaje de los populares catalanes, y sus propuestas, fluctuaron en la búsqueda de su “nicho de mercado”. Sin ir más lejos vale la pena recordar como, por ejemplo, Alejo Vidal Quadres, una de las mentes más lúcidas del mundo académico catalán consiguió articular un discurso atractivo para el electorado de centro-derecha a la vez que nitidamente diferenciado del convergente, por su mayor apertura y su menor tendencia a la endogamia. Sin embargo, al no conseguir Aznar, en su primera legislatura, la mayoría absoluta a nivel nacional, acabó aceptando sacrificar al orador de la voz ronca en el altar pujolista. Por supuesto, todo lo construido hasta entonces se vino abajo. Y constituyó todo un aviso para los militantes navegantes de esa comunidad autónoma.

Pujol puso en marcha su programa de colonización e instrumentalización de todas las instituciones mediáticas, políticas y sociales a su alcance, tal como ahora hace Sánchez, siendo muy consciente que había que anular, sobre todo, a los rivales que le eran más próximos en su segmento ideológico. Lo que se materializó a través de la consigna de que no se podía ser un buen catalán si se militaba o votaba al PP. Lo que unido al hecho, como hemos mencionado, que el PP castigó a sus mejores hombres por el simple hecho de ser molestos para llegar a acuerdos con el Molt Honorable, era claro que declararse popular en Cataluña se convertiría en una dura travesía que requería mucha más convicción que en el resto de la nación.

Por su parte, en Baleares, y otras comunidades, el PP optó por incluir en su discurso mensajes de corte nacionalista con la idea de evitar el surgimiento de fuerzas políticas que intentaran seguir el camino de Convergencia, muy al estilo del PSC. Lo cual acabó resultando un éxito inicial que sin embargo, con el tiempo, acabaría haciendo aflorar algunas contradicciones respecto a cómo entender el estado de las autonomías.

Así pues, por lo dicho, no puede extrañar, pues, que el PP catalán tuviera dificultades para contar con una amplia militancia con la suficiente capacidad de participación para nombrar a sus dirigentes y contar con representantes propios en el entramado social, lo que llevó a que los líderes fueran propuestos desde los órganos centrales del partido, con más o menos acierto.

De esta forma no se ha llegado a modular un mensaje proactivo que le otorgue un mínimo de iniciativa, como si solo fuese posible abanderar críticas a todo aquello que no fuese el statu quo. Una situación impropia de un gran partido político, generadora de un bucle melancólico. Un círculo vicioso desde el que sólo se vislumbra algún horizonte en un futuro incierto.

Después, el presidente Zapatero configura el Pacte del Tinell que se materializó en un nuevo Estatut, cogiendo nuevamente a la formación popular catalana, y de otras comunidades, con el pié cambiado por lo que se limitó a rechazarlo, pero sin evitar que el ejemplo cundiese entre otras autonomías, incluyendo la nuestra. Y así llega la crisis económica de 2008. El convergente Artur Más, elegido President, inicialmente aplica una política económica ortodoxa de contención del gasto público, al gusto de los dirigentes europeos de entonces y de la ministra española Elena Salgado. El resultado fue que la popularidad y el apoyo social de los herederos del pujolismo se derrumbaron. Y lo que es peor, simultáneamente, se pone de manifiesto que la política clientelar practicada desde la Generalitat está plagada de episodios de corrupción. Así, acorralados ponen en marcha el Procés.

El PP catalán vive aquellos acontecimientos desarbolado observando como una parte muy importante de la sociedad que intenta representar clama por un partido no-nacionalista. Sin poderse librar de su mochila, observa como esos catalanes optan por Ciudadanos. Un nuevo partido que acaba teniendo tanto éxito que se atreve a desafiar, como ocurrió antes con la mencionada "Operación Roca", a todo el centro derecha del ámbito nacional.

La historia más reciente también es más fácil de recordar, y en toda ella hay una constante sobre la que hacer un “mea culpa” popular, no hay propuestas del principal partido de centro derecha español sobre cómo resolver los problemas propios del Estado de las Autonomías. Es más, a nivel nacional, su vocación de partido de masas, le lleva a aceptar muchos de los elementos de la corrección política que borran las posibles señas de identidad propia diferenciada.

Por todo lo anterior a nadie le puede extrañar que el Presidente Rajoy optará por el inmovilismo en aquellos aciagos días del otoño de 2017. Lo cual llevó al paradójico nacimiento de Vox, la criptonita que desde entonces le impide llegar al gobierno.

Como militante del Partido Popular, me inclino a pensar que resolver nuestra más importante asignatura pendiente es la principal tarea a la que nos deberíamos dedicar. La financiación autonómica debería generar incentivos al crecimiento económico mediante la identificación clara y diáfana de responsabilidades fiscales. El sistema electoral también debería adaptarse a cada comunidad para evitar la reproducción mimética de todos los organismos estatales. Y sobre todo, el Partido Popular puede ofrecer un perfil propio distinto de las derechas nacionalistas, mucho menos estatista e intervencionista, es decir, puede ofrecer perfil mucho más liberal. Teniendo muy presente que la competencia entre administraciones reduce el poder de las élites burócratas y que la minoría más pequeña a proteger es el propio individuo con total independencia de su identidad.

martes, 1 de agosto de 2023

Toni Costa y Elena Salgado

mallorcadiario.com

Como muchos habrán pensado, se trata de dos personas que, por muchos motivos, están en las antípodas la una de la otra, y, efectivamente es así. El actual Vicepresident es uno de los economistas más brillantes del panorama balear quien ya destacaba desde sus tiempos de estudiante. Pasó, además, por la dirección general que mejor amuebla la cabeza de cualquier político, la de presupuestos, aunque, probablemente ya era el mejor conoce –a mucha distancia de cualquier otro-- de todo lo relacionado con las cuentas y finanzas de esta comunidad. De orígenes familiares ibicencos sencillos, ha demostrado que no le asustan ni los retos ni las dificultades. Ahora acaba de coronar su aterrizaje en la antigua sede del Credit iniciando una senda de alivio fiscal que promete tener continuidad a lo largo de toda la legislatura.

Por su parte, cuando el recientemente fallecido Pedro Solbes, exministro de economía y hacienda, decidió abandonar a su presidente en abril de 2009 para, así, poder intentar recuperar un mínimo de reputación profesional. Dejó dos herederos: Pedro Sánchez en su escaño y Elena Salgado en el ministerio. Así que, a ésta última le tocó lidiar con la rectificación realizada por su jefe Zapatero el fatídico 10 de mayo de 2010, obligado, a su vez, por la llamada Troika (Comisión Europea, BCE y FMI) con sus "hombres de negro". El de la ceja puso en marcha el mayor recorte en gasto social de la historia de la democracia. Ni siquiera con la dura crisis de los años 70’s un gobierno se había atrevido a tanto, ni se atrevería después. Se congelaron las pensiones (vulnerando el Pacto de Toledo), se redujo el sueldo de los funcionarios, se redujeron las partidas de gasto farmacéutico, lo mismo que las prestaciones por dependencia, se incrementaron tributos y se paralizó la inversión pública. De esta forma, en las elecciones a comunidades y ayuntamientos de un año después, el pueblo español le dio la espalda. No le sirvió de nada decirnos que estábamos en la “champions league” de la economía negándose a reconocer la mayor crisis vivida por su generación. El mapa patrio, por todo ello, se tiñó de azul.

Doña Elena, por su parte estudió ingeniería y economía ocupando, desde sus inicios, múltiples cargos en los distintos gobiernos de Felipe González que se formaron a partir de 1982. Procedente de una selecta familia gallega, durante un breve período de tiempo fue gestora del Teatro Real para después utilizar las que la izquierda bautizarían como “puertas giratorias” durante los mandatos de Aznar. Luego, ya con Zapatero volvió a ocupar otro sin fin de elevados cargos públicos hasta que un Pedro Solbes visiblemente abrumado dejó el ministerio y su acta de diputado, a tiempo para la rectificación del 10 de mayo.

La labor de la ministra se centró en endosar a las comunidades autónomas los ajustes pendientes para volver a encauzar, no sólo las finanzas públicas, sino la marcha de toda la economía. El motivo esencial era político pues teóricamente las elecciones locales y autonómicas se celebraban más o menos a mitad de mandato. Esa era la parte final del Plan de Zapatero. Dicho más claramente, tras los recortes de mayo de 2010, el resto de los ajustes y reformas las deberían hacer las comunidades y los municipios. Así, si la economía no remontaba la culpa se la podrían endosar a los gobiernos autonómicos que no eran de su partido.

Conociendo la trayectoria de Sánchez, pienso que hay una elevada probabilidad de que repita la jugada, si finalmente, como parece, vuelve a ser investido Presidente. No sabemos quién será la Salgado de turno, aunque bien pudiera ser la mismísima Nadia Calviño, quien, a pesar de tener una trayectoria algo diferente, viene realizado un papel similar. En cualquier caso, con un gobierno estatal del PSOE y 15 comunidades gobernadas por el PP. No tardaremos mucho en ver que la inflación, los problemas energéticos, el déficit y en general cualquier mal de la economía, ya no estarán motivados ni por la pandemia ni por la guerra en Ucrania, sino por las autonomías azules.

Hace ya tiempo que sostengo que la deslealtad institucional es uno de los males de la economía española, fruto de determinados incentivos motivados por elementos del diseño institucional, que sólo se pueden corregir con reformas importantes que únicamente están al alcance de los dos grandes partidos actuando conjuntamente. Algo que parece imposible con un socialismo fiel al Pacte del Tinell.

Por ello, desde Baleares, esta legislatura, va a ser muy importante mantener la iniciativa en todos los asuntos, de forma especial en los financieros, tal como está haciendo Costa bajo el mandato de Prohens, adelantándose a los movimientos que puedan realizar los estrategas al servicio de Sánchez, poniendo tanto o más énfasis en el plano político y mediático-propagandístico que en el técnico, pues ese es el terreno preferido por la izquierda actual heredera de aquel Solbes que debatió con Pizarro tergiversando la verdad. Aunque, en realidad, ese siempre ha sido el terreno preferido de los socialistas desde los tiempos del fabianismo británico.