A principios de 1976 resultaba evidente la incapacidad de Isabel Perón para gobernar el País.
La situación económica era caótica. En el primer trimestre del año, la inflación anualizada alcanzaba el 1.000%, el déficit fiscal representaba el 13% del PIB, las reservas internacionales del Banco Central estaban agotadas, se había perdido el control de la oferta monetaria y la economía estaba en recesión.
A lo que había que añadir la violencia desatada por distintos extremos.
En marzo de 1976 es derrocado el gobierno constitucional. Y el nuevo régimen se dedicó a eliminar la subversión y las expresiones de disidencia. Mientras que en el terreno económico pensaba desarrollar una mayor apertura económica deacuerdo con la emergente situación de globalización y la hegemonía del mercado. Consideraban, los nuevos madatario, que los elementos negativos que había que REORGANIZAR eran la fuerte presencia estatal, el elevado proteccionismo y la persistente inflación.
Y a pesar de que muchas se sus políticas fueron en esa dirección, como la llamada "privatización periférica", por la cual el Estado delegó áreas y servicios a través de contratos, y encaró la enajenación empresas públicas. Al final del periodo dictatorial el peso del Estado era del 50%, cuando en 1975 alcanzaba tan sólo el 39%.
En los últimos años del régimen militar, el déficit fiscal fue del 16%, es decir, muy superior al existente previamente. Nunca pudo ser controlado durante el Proceso.
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