miércoles, 31 de diciembre de 2008

Increíbles juegos malabares para alumbrar un nuevo sistema de financiación autonómica

Realmente ha resultado alucinante todo el proceso con que el Gobierno de Zapatero ha enfocado el peliagudo tema de la Financiación Autonómica.

Primero inicia un proceso de cambio de l'Estatut Català, a fin de evitar el "café para todos", luego los cambios se extienden a otras autonomías. Los Estatutos no resuelven nada, volviendo al "café para todos", que se quería evitar.

Luego efectivamente, se inicia un proceso con fechas tope que se van inclumpliendo sucesivamente, sin que los que en su momento se habían rasgado las vestiduras levanten excesivamente la voz.

Finalmente, ahora, anuncian el nuevo sistema, que los propios consideran satisfactorio, pero que al mismo tiempo no conocen, pendientes de la fase más importente de la negociación: "la cantidad final de dinero que les corresponde".

Y, en todo este vodevil, ha resultado especialmente pobre el papel de los dirigentes de Baleares, pues primero anuncian que Zapatero recibirá al President, luego dejan correr dudas al respecto, y al final no lo recibe. Con lo cual el Conseller se va a ver al homologo catalán para, ¿quizás al menos tener una foto?...¿Es posible que Presidente del Gobierno Español, considere que la foto con algunos líderes autonómicos es buena, mientras que con otros no lo es tanto?

Al final, el propio President y su Conseller del ramo, que se niegan a decir cual es la cantidad que consideran adecuada para satisfacer las necesidades financieras de Balears, aunque sus socios de gobierno la fijan en la misma cantidad que la oposición del PP, declarán:

Antich afirma que Solbes ha recogido las demandas de Balear

y acto seguido....

el president balear y el conseller no ocultaron que ahora queda pendiente la tercera y más importante fase: saber cuánto dinero está dispuesto el Gobierno central a poner sobre la mesa.



Por supuesto, nadie, excepto el PP se preocupa de como se financia la financiación.

En fin, asistimos a una obra de teatro, que deja cierto malestar de boca al ver la baja calidad del debate político, en donde pesa más la afiliación que la propia percepción de la realidad.


La noticia está en diariodemallorca.es



La pregunta que se les podría hacer es: ¿Habrá terminado el nuevo sistema con el agravio del déficit fiscal? ¿O eso dependerá de quien gobierne en las diferentes instituciones?

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