Ser un destino turístico competitivo significa ser capaces de ofrecer un servicio de alta calidad a reducido precio.
Por ello es muy importante, pues un solo euro de diferencia en el precio de los billetes puede suponer para una compañía aérea el poder operar o no en un determinado aeropuerto, pues se debe multiplicar ese euro por el número de pasajeros que se transportan, y si éstos se cuentan por millones se puede comprende que ese exceso de costes signifique el desvío de turistas a otros destinos más baratos.
España debería reaccionar y escuchar las autorizadas voces que reclaman algo que si ha hecho Grecia, según informa hosteltur.com:
Grecia suspende las tasas aeroportuarias para incentivar a los turoperadores
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