martes, 11 de octubre de 2022

Planeros de Armengol

 Planeros de Armengol

 mallorcadiario.com

El impresionante primer artículo de la Constitución de 1812 decía que la “Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios”, dando cabal idea, no sólo de las colosales dimensiones de la misma, sino también y sobre todo de la raigambre de la hermandad hispana.

Ese maravilloso artículo de “La Pepa” podría reformularse, a la luz de la peronista intervención de Armengol en el debate del estado de la autonomía, por otro que señale que ahora diga qué “quedamos igualados por nuestra condición de económicamente argentinos”.

En el País de la Plata llevan décadas comprando votos mediante multitud de subvenciones que se implementan en forma de “planes”. De hecho, no es infrecuente hablar de una nueva categoría social: “los planeros”. Es decir, de aquellas personas que se las arreglan para poder vivir, o consumir, saltando de un plan gubernamental a otro plan gubernamental.

Muchas veces se ha dicho que Argentina es el único gran misterio que se escapa a la comprensión de los economistas. Pues parece difícil de entender como una nación que cuenta con todo tipo de riquezas, incluida una población preparada y bien formada, no consiga salir del agujero.

Aunque sabemos que la nación hermana, en cada nuevo proceso electoral, abre una puerta al abismo económico debido a la arraigada costumbre de comprar votos mediante la técnica de lanzar planes gubernativos, que, de una manera u otra, comprometen una renta pública, lo que genera incentivos para adaptarse a las condiciones propuestas, con frecuencia, a costa de renunciar a una participación activa en la economía.

Tras su viaje a Argentina, Armengol, a diferencia de otros correligionarios autonómicos, ha decidido seguir la misma línea kirchnerista de su desgastado jefe Sánchez. Desde luego sabe que ni la compra de los cada día menos leídos medios de comunicación en papel, ni el control de la declinante televisión pública, serán suficientes para asegurarle una reelección en tiempos de zozobra como los actuales. De ahí que haya decidido emplear a fondo el poder del crédito ilimitado que parece que sigue manando del Banco Central Europeo a pesar del tremendo mal que genera vía inflación y fomento de una gestión cada día más deficiente.

Tengo escrito en estas mismas páginas que la política de la comunidad autónoma debería aspirar, sencillamente, a realizar una buena gestión de los importantes servicios públicos que maneja. Algo que no sería demasiado complicado si los dirigentes políticos centraran sus energías en esa labor. Pero resulta que tienen tanto pavor a la pérdida del poder, y de los puestos que conlleva, que no dudan, como le ocurre a la actual presidenta, en desarrollar una peligrosa política mil veces ensayada y mil veces fracasada.

Ciertamente, Baleares necesita un nuevo tipo de política que encumbre a personas con perfiles diferentes a las actuales, capaces de distinguir lo importante de lo accesorio, asumiendo el riesgo que supone la toma de decisiones encaminadas a alcanzar el bien común. Lo que implica que el debate político debería virar hacia el rediseño de los incentivos generados por la arquitectura institucional. Pero como esto último no llega a producirse, el camino hacia la argentinización ya ha comenzado. En la próxima confrontación electoral los "planeros'' podrán ser uno de los colectivos a los que intentar seducir para reclamar su voto.

 

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