- Nadie será ni más ni menos feliz por pertenecer a un país u otro. A pesar que, es cierto, que las fronteras cada día tienen menos sentido. En Cataluña también.
- Lo realmente inquietante es que tipo de de gobierno se configuraría en una hipotética Cataluña independiente. Sin duda se trataría de un gobierno altamente intervencionista, con todo lo molesto y empobrecedor que eso supone para la mayoría que no forma parte de las élites influyentes.
- Es curioso, como simultanemente, nadie lamenta que una parte de nuestra capacidad de decisión se haya transferido a la Unión Europea.
- Ante el mito del "Madrid nos roba", hay que recordar que Jordi Pujol nunca quiso una Hacienda propia. Ni nadie dice que el sistema de financiación autonómico está diseñado por ellos. Las demás comunidades (a excepción de las forales) se limitan a aceptarlo.
- Es muy posible que muchos catalanes cultos piensen que España políticamente es "un'olla de cargols". Aunque ahora Cataluña también lo sea.
- Cataluña durante mis primeros años de vida era una región moderna, la más europea de España. Sin embargo, desde que la Autonomía fue avanzando esto dejó de ser así, y en buena parte debido a como se ha utilizado esa misma autonomía. ¿Cómo es posible que un partido tan subrealista como la CUP tenga un resultado tan importante?... y mientras nadie habla de los auténticos problemas de Cataluña.
- Parece como si se estuviese confirmando aquel pensamiento que muchos catalanes decían en voz baja, según el cual cuentan con buenos empresarios y gestores, pero con malos funcionarios y políticos.
- Nada de lo que están haciendo tiene nada de positivo o constructivo. Sus resultados aunque incierto, pueden ir en esa misma dirección.
viernes, 16 de septiembre de 2016
Cataluña: algunas ideas sobres sus aspiraciones independentistas
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