martes, 27 de mayo de 2014

Resultados electorales

A pesar de que los resultados de las pasadas elecciones europeas no son extrapolables a otras convocatorias, y que la actual UE está pasando por una etapa que se puede calificar de "lio", tal como expuse en otro post de este mismo blog, lo cierto es que resultan preocupantes.

Disraeli dijo que los partidos políticos son la opinión organizada de un país. Hoy algunos de los partidos de mayor crecimiento son claramente anti-sistema.

Sin duda, la política tiene un fuerte componente de sentimiento, y como señala Lakofflas personas no votan de acuerdo con su propio interés, sino que se decantan por su identidad. Lo que nos podría llevar a concluir que hoy una parte del electorado se considera excluido del sistema.

No se observa desinterés por la política, sino incluso más bien todo lo contrario. Probablemente porque cuando no hay crecimiento económico el juego social es de suma cero, ganando peso el reparto que se realiza a través del juego político. Más en una nación como la española en donde se puede afirmar que existe un fuerte apego al gasto público y a la regulación de los mercados.

Es cierto, que la consolidación fiscal ha llevado a realizar un tipo de política muy diferente de la desarrollada desde el inicio de la democracia, con lo que, los actores políticos no han podido echar mano del manual no escrito que siempre habían utilizado, lo que ha conllevado  errores.

A nivel nacional, el proceso de ajuste -llamado "recortes" por algunos- se ha desarrollado a través de dos planes sucesivos, el primero realizado en la primavera de 2010 y el segundo durante 2012. El primero de la mano del PSOE, y el segundo por el PP. Lo que, en cierta forma los ha igualado, pues aunque en diferente grado y con diferentes resultados, ni en uno ni en otro caso han apelado a su propia filosofía para acometerlos, sino más bien los han considerado básicamente cuestión de necesidad.

Durante estos últimos años hemos aprendido que una de las características de la participación popular en la política de nuestro país, es que ésta ha sido siempre "reactiva". Acudiendo a manifestaciones cuando las decisiones ya están tomadas. Participando poco o nada en los debates previos. Lo que ha ocurrido por muchos motivos, pero uno de ellos tiene que ver con la estructura de los grandes partidos y con la dificultad en cumplir el papel que Disraeli les atribuye.

Pocos ciudadanos conocen a sus diputados, y pocos diputados tan siguiera han participado activamente en una campaña electoral. 

Cuando un particular quiera ofrecer su opinión no sabe a quién acudir. No sabe quiénes son sus representantes políticos, no tiene un cauce para hacerse oír.

Uno de los secretos mejor guardados del país es la elaboración de las listas electorales. Así, cuando alguien quiere participar en el juego político, no le va a servir de nada acudir a reclamar el voto a sus conciudadanos, sino que tiene que intentar averiguar los misterios de ese magno secreto.

De esta forma, no extraña que cuando un ejecutivo toma una decisión fuerte y se quieren conocer las reacciones en las propias filas, la vista se dirige a los llamados barones sean éstos presidentes de comunidades o alcaldes. Casi nunca o nunca la mirada se dirige a los diputados por muy válidos que sean. Y es que muchos concejales cumplen un papel representativo más claro que la mayoría de los diputados.


Tenemos pues un problema de representatividad parcialmente asociado al bloqueo de las listas electorales. Que provoca una reacción en contra de los principales valedores del sistema. Quizás, tras estas últimas elecciones estemos ante una magnífica oportunidad de pensar en todo esto, en aras a una mayor estabilidad democrática en lo político, y a una mayor prosperidad en lo económico.

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