El número de impuestos propios que tienen las autonomías ha alcanzado la friolera de 70 este año. Lo más llamativo es que los ingresos que obtienen las regiones por su recaudación no llega ni al 2% de los ingresos tributarios totales. De hecho, en algunos casos, estos tributos no recaudan ni lo que cuesta gestionarlos, explica el informePanorama de la Fiscalidad Autonómica y Foral 2014, elaborado por el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF).
Las CCAA cada vez tienen más capacidad tanto para modificar al alza o a la baja los impuestos cedidos por el Estado, como para crear los suyos propios, algo que ha provocado que la política tributaria sea muy diferente entre unas y otras. La forma de legislar de las autonomías "es muy farragosa y se modifica muy a menudo, por lo que el contribuyente la desconoce y ha de enfrentarse a ella con los costes que le supone", asegura el texto. "El sistema de financiación (autonómico) es complejo y poco transparente", añade el informe.
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