Creíamos que la Universidad debía formar intelectuales. Ahora, a través de las competencias personales, la coordinación y otras "novedades" hemos decidido que pase a formar "empleados resignados".
Eso sí, sobre el papel se quiere alumbrar a los líderes del futuro, personas con capacidades que rozan lo paranormal, que hablen idiomas, que obtengan un grado, un master y un MBA, que tengan don de gentes, capacidad de liderazgo y de trabajo en equipo, etc.
No se sabe muy bien porqué, pero no parece que se vaya a conseguir.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario