sábado, 6 de agosto de 2016

El "buenismo" izquierdista no es ético

Se puede aceptar fácilmente que la economía se rige o, debería regirse, por principios éticos. Así, la económia debería proporcionar condiciones de de prosperidad al mayor número de personas posibles o, sensu contrario, intentar erradicar la pobreza.

Pero la economía, como la medicina y otras ramas del conocimiento no son ramas aplicadas de la ética, sino disciplinas con entidad propia.

De esta forma de una verdad ética no se deduce unívocamente una solución técnica, tal como suele predicar el buenismo izquierdista.

Para el buenismo no es necesario el conocimiento, basta y sobra con la buena intención para mostrar que unas determinadas (intervencionismo estatita) son las mejores posibles.
 
Lo que, por supuesto, no sólo constituye un error lógico, sino también una postura inmoral. Pues dejarse llevar por un criterio a priori en lugar de atender a criterios objetivos que pueden demostrarnos cual es la solución técnica más eficaz sólo puede conllevar perjucios a aquellos que se podrían beneficiar de la misma.

Lo ético no es crear organismos contra unos pocos desahucios cuando se produce una grave crisis inmobiliaria, tampoco lo es realizar proclamas contra los paraísos fiscales sin articular ninguna media con eficacia probada anti-fraude, etc. Lo ético es estar abierto a la realidad, arrinconando todo prejuicio y dejando que los hechos hablen y demuestren cuales son las mejores políticas económicas para erradicar la pobreza y crear prosperidad.

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