lunes, 10 de enero de 2011

El comercio chino en Mallorca se ha multiplicado por diez en una década

"Nos están fagocitando", resume ácido el presidente de los comerciantes turísticos mallorquines cuando se le explican las cifras de la única actividad comercial que ya ha superado la crisis: la china. Tras un 2009 de titubeos, las importaciones desde el gigante asiático se doblaron en un 2010 durante el que las operaciones llegaron a triplicarse en verano. El año se cerró así con un récord histórico: la isla nutrió su comercio y sus servicios en 2010 con más de 32.000 operaciones de importación con origen en China. 

¿Muchas? Muchísimas. Casi cuatro veces más que cuando en 2005 el régimen comunista empezó a aplicar la fórmula clave de su éxito actual: la cotización dirigida de su moneda, el yuan, una divisa insultantemente barata (infravalorada un 40%) con la que China ha barrido de tres escobazos a lo más granado de la industria mundial. 


diariodemallorca.es publica casi un reportaje completo.


Desde el comercio balear su situación puede resumirse en la petición realizada por uno de sus representantes:
"Sólo pedimos que cumplan la ley que cumplimos los demás. Y eso significa, por ejemplo, una jornada laboral a la altura del estado de bienestar que hemos construido aquí durante veinte años, no jornadas de sesenta o setenta horas a la semana".

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