Hijos ilustres de
Palma ¡Conocerlos!
Ser reconocido como “Hijo
Ilustre de Palma” sigue siendo el más alto honor que pueda recibir
cualquier vecino de nuestra espléndida ciudad. Una distinción que, con
frecuencia, lleva asociada la elaboración de un retrato, de generosas
dimensiones, que adornará alguna de las estancias más nobles del vetusto y
emblemático edificio de Cort. Al tiempo que también se suele recordar al
homenajeado bautizando alguna calle con su nombre.
Lógicamente cada
concejal, o grupo político, intenta que el nuevo Hijo Ilustre sea alguien que
haya destacado por haber desarrollado obras o ideas más acordes con quien lo
propone, incluso hay alcaldes, como el actual, que cambian de lugar los
retratos para dar preeminencia a sus preferidos. Sin embargo, como nadie quiere
que su propuesta pueda ser rechazada en el Pleno, los méritos exhibidos para el
encumbramiento acostumbran a ser sólidos y suficientes.
Un recorrido por las
biografías de estas prominentes personalidades equivale a un recorrido por la
historia más viva y universal de Palma. Por lo que su conocimiento, por parte
de los ciudadanos, es algo más que una simple curiosidad, es un viaje por los
diferentes paisajes y paisajes que se han sucedido en nuestra urbe, y por
muchas de las ideas que, con sus idas y venidas, han reinado nuestro mundo. En
definitiva, todos ellos, en su conjunto, nos transmiten el magnífico legado de
poner en cuestión nuestras certidumbres, lo que equivale a decir, nos ayudan a
alzarnos a los estadios culturales más elevados.
Por todo eso, en la
primavera de 2016, como concejal de la oposición, tuve ocasión de solicitar a
la Corporación Municipal que dedicase recursos para la elaboración de un
catálogo digital, a ubicar en la propia la web “palma.es” (aunque ahora sea
“palma.cat” exclusivamente), con los principales datos y merecimientos que
adornan a cada uno de nuestros prohombres y mujeres, adjuntado una fotografía
del correspondiente retrato, cuando éste existiera. Un trabajo parcialmente ya
realizado durante el, ya lejano, mandato del alcalde Fageda, quien lo publicó
en forma de libro distribuido en bibliotecas. Así, que básicamente se trataba
de una puesta al día, no solo tecnológica, sino también para incluir nuevos
hallazgos recientes como es el caso del canónigo José Tarongí.
Tras el
correspondiente debate con el concejal responsable del equipo de gobierno,
quien remarcó que la digitalización requeriría una labor pausada e intensa que
se prolongará en el tiempo varios años, la propuesta fue aceptada, creo recordar,
que por unanimidad y con satisfacción más o menos compartida.
Por tanto, ese día
celebramos la promesa de un modesto paso hacia adelante en el ámbito de la
difusión cultural vinculado a nuestra capital. Son en torno a doscientos Hijos
Ilustres de todos los ámbitos sociales y del saber, incluyendo clérigos,
militares, científicos, literatos, docentes, políticos, monarcas, etc. Sin
embargo, cinco años después de aquel Pleno, continuamos con el mismo alcalde,
pero no hay ni rastro del catálogo digital. ¡Qué lástima que fueran tantos los
acuerdos unánimes que han resultado olvidados e incumplidos!
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