Hoy es el día más grande de mi vida, está mañana le hemos dado la bienvenida a nuestra hija Irene. La emoción nos ha brotado a borbotones cuando poco después de la nueve de mañana, cogidos de la mano con mi mujer, hemos visto sus enormes y profundos ojos abiertos, y sus delicadas y perfiladas manos.
Siempre llevaré conmigo este "encuentro en la tercera fase". A veces los sueños se hacen realidad.
Valldemossa, 5 Mayo 2019. Día de la madre.
Queridísima Irene:
Todavía no te conocemos y ya has alegrado nuestras vidas. Les has dado un poderoso impulso tejido de renovado compromiso, de ilusión, esperanza y energía.
Llegas al mundo envuelta en las sedas del amor más intenso; del amor de tus padres, del de tu hermano, del de tus abuelos y de todos tus otros familiares. También de los amigos y de los allegados e incluso de nuestra querida gata Wila.
Nuestro vínculo ya es sagrado y más poderoso que el más sólido acero. Sobre el podrás construir tu vida, siguiendo siempre tus propios criterios mientras te apoyas en la firmeza de ese fuerte metal.
También estás ligada al paisaje de nuestra montaña de Valldemossa; un lugar que llenará de belleza y sosiego tus primeros años. Querida hija, tienes que saber que ya eres una persona con unas fuertes raíces, las cuales, lejos de impedirte volar, robustecerán tus alas.
Durante tus primeros años forjarás tu carácter tomando de tu madre su fina, aguda y penetrante inteligencia que te permitirá apostar con fuerza por todos tus sueños; también de ella podrás tomar su desbordante sensibilidad que te permitirá, mediante tu intuición, ver más allá de lo visible.
Tu hermano te podrá enseñar el significado de la bondad, de la tolerancia y del amor a los animales. También te podrá mostrar la importancia de la paciencia, de la capacidad de adaptación y del espíritu de descubrimiento del mundo de un “nuevo” que lo es por ser niño.
De todos tus abuelos podrás tomar la idea de superación, la importancia de los lazos anudados por el amor, la fidelidad y la lealtad; y que las cosas más importantes de la vida como el nacer, crecer, casarse o morir siempre son más alegres y fáciles cuando se hacen en familia.
De tu padre, que te voy a decir… me cuesta hablar de mí mismo, pero por tí lo haré. Quizás te pueda mostrar el valor de la moderación y la prudencia; de la curiosidad permanente y de la aceptación de las propias limitaciones.
Entre todos te podremos enseñar que esa labor que iniciarás, forjando tu carácter, es una de las más trascendentales que afrontaras, pues te acompañará durante toda tu vida; permitiéndote gozar con intensidad de los momentos alegres, reír a carcajada limpia cuando estés rodeada de felicidad, y ser fuerte, e incluso suavizar, los momentos difíciles y tristes por los que inevitablemente también tendrás que pasar. Podrás, en definitiva, beber la vida a tragos largos.
Irene, ya nos has dado mucho y ansiamos conocerte, De momento espera dentro de mamá a que tu cuerpecito esté formado mientras ella cuida de ti, y cuando llegue el día de tu alumbramiento abre tus ojos y míranos con profundidad. El milagro se habrá obrado y aunque seamos personas distintas seremos una sola. Tú serás nosotros más allá de nosotros mismos.
¡Qué ganas de darte la bienvenida!
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