La Unión Europea está hecha más de ilusión que de rigor. Además, siempre le ha faltado un imaginario colectivo capaz de unir a sus habitantes, a través de grandes ideales, de comercio y también de anécdotas compartidas. Por eso puede resultar interesante, e incluso divertido, narrar la que sigue.
Nordic Battlegroup es uno de los 18 grupos de combate de la UE, establecido en Uppsala en Suecia. Una fuerza de intervención rápida integrada por unos 2.400 soldados aportados por varios de los países participantes (Suecia, Finlandia, Noruega, Estonia, Irlanda, etc.).
La unidad militar se organizó en 2007, siendo el tercer grupo de combate en realizar un servicio activo, que ha repetido en distintas ocasiones, colaborando con Inglaterra primero y con Francia después.
Ese mismo año la unidad se vió envuelta en una inesperada polémica por haber elegido como símbolo heráldico de su bandera un león itifálico puesto en pie que agita una espada con la garra delantera derecha, al tiempo que blande una rama de olivo con la izquierda. Sin duda, pretendía representar el poder y la fuerza supremos que identificamos en la figura del "rey de la selva"; al tiempo que declara como objetivo primordial la preservación una paz fructuosa. Esta idea se refuerza con el lema elegido: "Omnia paratus" (preparados para todo), es decir, no sólo para la intevención bélica violenta, sino también para cualquier acción de inteligencia o no, que permita alcanzar los objetivos requeridos.
Sin embargo, la majestuosa figura no fue bien vista por todos, precisamente por su atributo masculino. Por lo que, tras el inicio de la polémica, la unidad militar procedió a su castración evitando así la queja que se llegó a interponer ante el Tribunal de Justicia Europeo por discriminación sexual.
Tras la castración, el diseñador también protestó recordando que en la tradición del país nórdico un león amputado era el emblema que se le entregaba a los traidores; al tiempo que también hacia ver que en toda Europa la heráldica muestra innumerables animales bien dotados.
Por supuesto, enseguida aparecieron voces que consideraron que un león castrado era una adecuada imagen de la situación de las fuerzas de defensa europeas, sobre todo al compararlas con las norteamericanas, las rusas, las chinas o las de cualquier otra superpotencia.
No obstante, a muchos españoles la polémica nos hizo pensar en los leones más famosos que tenemos, que no son otros que los del Congreso de los Diputados. Desde siempre nos han contado que están hechos con el bronce de los cañones requisados al enemigo en la guerra de África de 1860. Y que a uno de los dos le faltan los testículos porqué no había metal suficiente. Pero la realidad es que las dos figuras felinas representan a un héroe y a una heroina mitológicos, a Hipómenes y a Atalanta. Es decir, una es una figura masculina y la otra femenina. Por lo que podemos afirmar que, en este aspecto de igualdad sexual, los españoles hemos sido unos grandes avanzandos a nuestra época. Mucho más que los civilizados suecos.
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