Pienso en el futuro cercano y veo a la gente mirando en su
smartphone como ir de un punto a otro de la ciudad, cuánto tardará y
cuanto le costará según el medio elegido. Y también creo que
cada vez habrá menos vehículos en propiedad y más de uso compartido».
Timo Buetefisch es el CEO de la empresa Cooltra, radicada en Barcelona, y
justifica así por qué han sido los primeros en instalar en España un
servicio de moto compartida (o motosharing).
La
iniciativa, bautizada como eCooltra, ha requerido una inversión de 1,5
millones, y arrancó hace tres meses en la ciudad catalana, con un parque
de 250 scooter eléctricos. El objetivo es extenderla a otras
grandes capitales. Empezaría este año por Madrid para continuar luego
por Roma, Milán, París, Londres, Ámsterdam, Berlín e incluso EEUU.
El funcionamiento del alquiler es sencillo. Solo
hay que registrarse en una app, desde la que se puede encontrar el
vehículo más cercano -todos están geolocalizados- y la autonomía que
tiene (hasta 60 kilómetros). Hecha la reserva, el móvil sirve para
arrancar el scooter y tanto la recogida como la devolución se hacen
mediante la fórmula free float, que es la que usa el servicio de
carsharing Car2go en Madrid. Es decir, no hay bases fijas a lo
largo de la ciudad y se puede dejar (bien aparcada) en cualquier punto
dentro de una gran área que en Barcelona abarca 40 kilómetros cuadrados.
El coste del servicio (casco incluido) es de 0,24 euros por minuto y para usarlo, hay que ser mayor de edad y tener, al menos, licencia de ciclomotor.
elmundo.es
sábado, 28 de mayo de 2016
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