• Antes de nada, hay que recordar hasta bien entrado el siglo XX, Argentina era uno de los países más ricos del mundo con una renta per cápita que superaba la de Francia, Alemania o la de Suecia.
• No obstante, la historia que nos interesa va desde 1989 al 2002.
• En 1989 Carlos Saúl Menem asumió la presidencia del País con un programa económico liberal. Que liberalizó, desregularizó, y privatizó muchos sectores; lo que a su vez permitió una sensible reducción de impuestos.
• Menem nombró ministro de economía a Domingo Cavallo.
• En 1991 proclama la Ley de Convertibilidad con el objetivo de acabar con la hiperinflación que había constituido el gran mal de la economía durante décadas. La nueva Ley establecía un tipo de cambio fijo entre el Peso Argentino y el Dólar Estadounidense. Este tipo de cambio fijo estaba respaldado por los dólares del Banco Central Argentino.
• De hecho la tasa de cambio inicial fue de 10.000 australes por dólar. Pero en 1992 se sustituyó el austral por el peso con un valor de un peso igual a un dólar.
• La inflación cayó en picado, desde un 2.315% en 1990 a sólo un 4% en 1994.
• La consecuencia de todo ello es que durante los años 90’s Argentina experimenta un fuerte boom económico. Con crecimientos para 1992 y 1993 de más del 10% anual, y que se mantuvo por encima del 6% en los años sucesivos.
• Sin embargo, quedó pendiente la reforma del mercado de trabajo. Las inflexibles leyes laborales y los altos impuestos al trabajo, que todavía siguen en vigencia, impidieron la creación de puestos de trabajo con el consiguiente aumento del paro y de la economía informal.
• De manera que el Estado, como el resto de la economía, reciben préstamos del exterior para financiar los crecientes déficits presupuestarios.
• En 1998, sin embargo, se produce una fuerte recesión que propició el cambio de gobierno de 1999 con Fernando de la Rua al frente. No obstante, con la recesión el déficit público aumentó mucho más.
• La crisis Argentina fue una derivada de factores externos, en concreto de la crisis cambiara del sur-este asiático y de la crisis cambiaria rusa de agosto de 1998 que afectaron mucho, sobre todo a Brasil, principal socio comercial Argentino.
• La consecuencia fue un endurecimiento de las condiciones de la deuda por incremento de los tipos de interés sobre el dinero a devolver. Para pagar el déficit y los vencimientos más antiguos se tenía que pedir más dinero a un mayor coste. Entrando en un círculo vicioso que incrementaba cada vez más el déficit.
• La respuesta del nuevo gobierno para tratar de ganarse la confianza de los acreedores aumentó fuertemente los impuestos en enero de 2000; y una también significativa reducción del gasto público. La idea básica de De la Rua era que había que mantener como fuese el tipo de cambio fijo que había permitido tener controlada a la enemigo público nº1: La Inflación.
• La subida de impuestos combinada con la reducción del gasto público provocó una nueva caída de la economía.
• La inestabilidad económica se convirtió en inestabilidad política, que el presidente intentó zanjar nombrando ministro de economía al artífice del fuerte crecimiento de los años noventa, Domingo Cavallo, que como consecuencia gozaba de un gran prestigio nacional e internacional.
• Pero si al principio de la década anterior el ministro apostó por una reducción de impuestos. Ahora apostaba por todo lo contrario con dos paquetes de subidas impositivas en Abril y en Agosto de 2001.
• Además, para intentar salvar el tipo de cambio, se inventó un tipo de cambio especial para las exportaciones, retomando la antigua senda intervencionista en materia cambiaria. Cuando lo correcto habría sido liberalizar el tipo de cambio.
• Todo eso fue considerado un error por los acreedores que elevaron el diferencial de deuda con la EEUU en más de 20 puntos. Lo que de hecho significaba que muchos inversores estaban dando por perdida su inversión.
• La crisis de la deuda del gobierno se extendió al sector privado. Nadie pensaba que sus deudas serían pagadas y sus fondos retornados. Es decir, cundió el temor (pánico) de que se congelasen los depósitos bancarios como ya había ocurrido en 1982 y 1989.
• La fuga de capitales ante la falta de credibilidad del Gobierno Argentino como pagador, no dejaba de crecer.
• El 30 de noviembre de 2001, tras comprobar como la gente acudía a los bancos formando colas para retirar sus depósitos tal como ocurre cuando se produce un pánico bancario. Domingo Cavallo anunció el congelamiento de los depósitos a partir del 1 de Diciembre; el famoso corralito. La economía argentina colapsó se hundió, ya no era una recesión sino una brutal depresión.
• Los disturbios y el malestar llevaron al presidente De la Rua y a su ministro Cavallo a la dimisión el 20 de Diciembre, siendo sustituido por Alfonso Rodríguez Saá que el día 23 de ese mes declaró el deafult de la deuda del gobierno. Es decir, la imposibilidad del pago de la deuda. Y lo peor, es que lo hizo como un desafío a los acreedores. No duró más que unos días como Presidente. Siendo sustituido por Eduardo Duhalde que asumió la presidencia el 1 de Enero de 2002. Procediendo el 6 de Enero a devaluar el peso, convirtiendo previamente todos los depósitos en dólares en pesos (el llamado corralón), violando los derechos de propiedad. Disminuyendo algunos impuestos y aumentando otros. La economía continuó en caída libre hasta que comenzó cierta recuperación en Agosto de ese año. El 2 diciembre el ministro de economía Roberto Lavagna levantó el corralito.
• En abril se eligió presidente a Néstor Kirchner, iniciándose un nuevo período.
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