El problema de la sempiterna estacionalidad balear se agraba este año con una temporada más corta, que empezó tarde y menos intensa. Lo que vuelve a alimentar el temor a un otoño duro y complicado.
Hoy
diariodemallorca.es titula:
Más de 700 empresas de temporada no han abierto sus puertas por la crisis
Pocos brotes verdes sobre el horizonte.
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